Elejalder Godos, periodista con 50 años de experiencia, cuenta sus anécdotas en el fútbol

La frase que repetía Pocho Rospigliosi y que era el sello de identidad del programa, no mentía. “Porque donde se hace deportes, ahí está Ovación”, decía sacando pecho casi tanto como su barriga, y continuaba: “Adelante, Elejalder Godos, desde...”. Podía ser, de hecho, desde nuestro Estadio Nacional, el Torres Belón de Puno o el coliseo Gran Chimú de Trujillo. También el Azteca de México, el Parque de los Príncipes de París o el Madison Square Garden de EEUU...

Y entonces, Godos arrancaba con su clásico, “Muuuuuy buenas tardeeeees, señoras y señores...”. Podía estar transmitiendo fútbol, vóley, atletismo, boxeo e incluso billar. Y así, se convirtió en un ciudadano del mundo de la época de oro de Ovación y Gigante Deportivo, hasta la partida de Pocho y la continuación que estuvo a cargo de Micky por un tiempo más.

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“Van, van, van... cuaaaaaaarentaaaa minutos” , alertaba a todos cuando la contienda estaba llegando a su fin y así lograr que la emoción y nervios del “respetable” vayan en aumento. Como diciendo, ojo, pestaña y ceja.

Llegó a Ovación en 1981, tras casi una década en Campeonísimo de Tito Navarro, y ha vivido acontecimientos del deporte únicos y anécdotas de época en los 50 años que acaba de cumplir como periodista, como pocos.

¿Me equivoco o es verdad que hiciste transmisiones desde los cinco continentes?

De 4 nomás. Cómo es la vida, solo me faltó viajar a África...

No me digas, justo donde está la familia...

Sí, sobrino, nunca pude ir a la tierra de mis ancestros, pero después, América, Europa, Asia y Oceanía. Ya no me acuerdo cuántas veces he ido a Europa y cada vez en varios países. Una vez aparecí en Bangladés..., me puse a llorar...

¿De miedo? No puede ser. ¿Tú?

No, de miedo, no, sobrino...¡De emoción!... ¡Estaba al otro lado del mundooooo!... Te imaginas, ¡Bangladésssss!.

¿Y cómo así? ¿Qué fue a transmitir por allí?

No. Solo la primera vez que fui a Europa estuve algo desorientado, pero después, agarraba el tren y me iba de país en país para transmitir algún partido o a conocer.  Pasé a Rusia, a China y de ahí a Bangladés.

Y de tanto conocer, un día llegaste donde la Cicciolina, la pornodiputada de Italia que se hizo conocida por mostrar un  pecho, allá por los 90...

Fíjate las cosas que me pasan... Cómo eran esos tiempos, se viajaba  bastante. Antes del Mundial Italia 90, estuve en México  86, España 82 y Argentina 78. Después en EEUU 94... Ocho mundiales en total, el último en Rusia 2018. Y no sabes qué me pasó en Brasil 2014...

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Cuéntala. Ya después me sigues contando lo de la Cicciolina, que me estás toreando parece...

No, no, ya te cuento luego... Sucede que mi credencial no me permitía entrar a la final. Perú no pintaba, pero se aparece Liliam Thuram en el hotel de la FIFA  y me reconoce. Yo le había hecho una entrevista en Francia 98, y me regaló una entrada y una credencial. Me puse a llorar de alegría. Vi la final en el estadio y en un lugar preferencial.

¿Qué te dijo Thuram?

Hemos hablado, él en su idioma y yo en castellano, pero nos hemos entendido. Creo que me dijo, “nos vemos en el Maracaná”.

SIGUE AVANZANDO...

También transmitiste Copas América, Copa Libertadores, Sudamericanos de Vóley,  de atletismo, Juegos Olímpicos, etc.

Sí, sí. Me acuerdo que fui a trasmitir a Checolovaquia la Copa Liberación de Vóley, y nuestra selección ganó el título, allá por el 83, 84, por ahí. ¿Te acuerdas? Iban las mejores selecciones del mundo y Perú fue campeón varias veces. ¡Qué emoción tan lejos del Perú! También en Seúl 88, cuando perdimos la final.

Y hablando de emoción, ¿cuál fue el partido y el gol que más te emocionó en tus 50 años de carrera?

El que le ganamos a Argentina por las eliminatorias en Lima el 81. Y el gol, el de Oblitas esa misma tarde. El quiebre de Navarro a Pasarella, el remate de Velásquez que Fillol rechazó y el gol del Ciego. Espectacular. En la revancha, en Buenos Aires, en el 2-2, perdí una fortuna, no te imaginas...

¿Cómo así? ¿Apostaste o qué?

Pocho me dijo que si clasificábamos, iba a sacar un disco LP con mi narración de los goles. Ya lo había hecho para Argentina 78 y España 82 con Lucho Izusqui. ¡Me iba a dar el 30% de las ventas! Un platal. El Monumental estaba mudo, pero nos empatan faltando poco para el final y chau. Los argentinos me dijeron de todo, se bajaban el pantalón y me mostraban todo, se burlaban. Perdí una fortuna.

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PATEA Y... ¡GOL!

Bueno, ahora sí termina de contarme de la Cicciolina. ¿Cómo fue tu encuentro con ella?

Era famosa en todo el mundo. Era actriz porno y diputada de Italia. Unos colegas brasileños pactaron una entrevista con ella en el Parlamento en Roma y yo me colé y le pedí que también hable para mi programa. Me llevó a su departamento... ¡A su departamento! Fui con mi camarógrafo, Manuel Facio.

¿También ella hablaba su idioma y tú, castellano?

Había un intérprete, y ya cuando terminábamos la entrevista le dije cuál era el significado de que mostrara un pecho en su campaña para diputada, y me sale mostrando los dos... Nunca hizo eso con ningún otro periodista. Me acariciaba la cara, ayayay...

Fue noticia mundial, todos hablaban de tu entrevista. ¿Qué te dijo tu esposa cuando volviste? No mientas...

Nada, sobrino, ella sabe que era mi trabajo, profesional...

¿Ni siquiera te preguntó nada?

No. Pero mis hijas estudiaban en un colegio religioso, y las monjas no querían verme, y a mi esposa sus amigas le decían que me haga sacar la prueba de Elisa, por si acaso... No, no, todo tranquilo. Nada más me di cuenta de que ella era hincha del Boys, rosadita.