"Charapa" Torres feliz de ser el asistente de César Vallejo

Por: Hugo Rodríguez

Fotos: Melina Velásquez

TRUJILLO. Todos lo conocemos como el “Charapa”. Él es Erick Omar Torres Arias, ex jugador de Sporting Cristal. Ahora realiza la labor de docencia, es asistente técnico en el César Vallejo.

Reconoce que haber tenido una formación sólida en su hogar y el haber contraido matrimonio cuando él se sentía seguro de dar ese gran paso con la mujer ideal, le ayudó mucho en su vida profesional.

Lamenta, eso sí, que un buen número de sus compañeros que también pasaron a la fila de los casados, hoy están separados o divorciados y hasta olvidados.

—¿Es verdad que casi te haces cura en vez de futbolista?

—No, pero sí estudié en el colegio Salesiano don Bosco, muy pegado a la parte religiosa. Soy muy devoto de la Virgen María Auxiliadora. Toda esa hermosa etapa me ayudó mucho para la formación de mi carácter y para ser más responsable.

—Llevaste siempre como jugador una vida tranquila pese a ser de una zona calurosa como Puerto Maldonado, ¿no?

—Cada persona es dueña de sus actos. A mí me inculcaron una vida tranquila, alejada de los escándalos. Un futbolista debe aparecer en la sección deportiva de los medios, nada más.

—¿Por eso que nunca apareciste atrapado como otros de tus compañeros por la farándula?

—Algo que también me ayudó es que me casé muy joven. Ya llevo 15 años con mi amor Glenda. Es bueno tener una compañera que te apoye en tus proyectos. Tenemos tres maravillosos hijos: Valerian, Joaquín y Micaela.

—¿Es verdad que más de una vez te tentaron para que dictes charlas sobre el rol de la familia y la importancia del matrimonio?

—No tendría inconveniente. Gracias a Dios tengo un matrimonio sólido, en cambio, la mayoría de los de mi promoción están separados. Si estás con una mujer es porque la amas,  es saber dar y recibir. De  ser posible la charla les contaría mi experiencia con mi pareja.

—¿Qué cosas te quitó el fútbol?

— Uno viaja mucho y te pierdes fechas importantes, como el Día de la Madre, cumpleaños del hijo o de la esposa. Recuerdo cuando nació mi hija (la mayor) me tocaba jugar la final de un torneo, estuve un momento en casa y después debí irme a jugar.Uno tiene que ser fuerte emocionalmente, también somos seres humanos que sentimos.

EL ASISTENTE

—Tuviste la ocasión de ser jugador del Vallejo.

—Me tocó venir el 2008 y al año siguiente estuvimos en la Copa Sudamericana.

—¿Hay mucha diferencia en el club de aquel año al actual?

—La institución ha ido creciendo de menos a más. Hay más comodidades como la Villa Vallejiana y tenemos mejores canchas de entrenamiento. Ahora el equipo está jugando en Casa Grande, así, poco a poco se va ganando el cariño de la gente

—¿Cómo te siente como miembro del comando técnico de Vallejo?

—Primero, quiero agradecer al profesor Víctor Rivera que me dio esa oportunidad. Yo trato de motivar al jugador de que día a día mejore, apoyarlo como persona y deportista. Tengo un nombre ganado y eso gracias al trabajo que uno hizo, y eso trato de transmitirles a los nuevos jugadores.

—¿Te ves en algún momento dirigiendo como cabeza en algún equipo profesional?

—Seguro más adelante, todo es un proceso. Tengo un buen maestro. En este trabajo hay que tener tolerancia, hay mucho por aprender.

— ¿Si se te presenta la oportunidad con quién te gustaría trabajar al frente de un equipo?

— Haría una buena dupla con Alex Magallanes (hoy en el Ugarte de Puno), él podría ser mi asistente (risas). Es un gran amigo de años. 

Markarián es motivador

A los 21 años fue subcampeón de la Copa Libertadores con Cristal dirigido por Sergio Markarián, a quien calificó de “entrenador motivador”. En 1998 tuvo la posibilidad de irse a jugar a la Universidad Católica de Chile, pero su amor por el club rimense le hizo rechazar esa oferta para quedarse por unas temporadas más en La Florida, de lo que no se arrepiente.