Franco Navarro quiere seguir acumulando éxitos

Arequipa. Franco Navarro Monteiro, ex goleador y hoy técnico del FC Melgar, tuvo un encuentro con el Popular.

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Franco Navarro dirige a Melgar y quiere seguir acumulando éxitos.
Franco Navarro dirige a Melgar y quiere seguir acumulando éxitos.

Arequipa. Franco Navarro Monteiro, ex goleador y hoy técnico del FC Melgar, tuvo un encuentro con el Popular.

Directo en sus apreciaciones aclaró que si su hijo llegó a Alianza no fue por su recomendación. Además, ya perdonó a sus cancerberos  Julián Camino y José Luis Chilavert.

—¿Es verdad que estuvo a punto de truncarse tu futuro futbolístico por el periodismo?

—El año 80 ingresé a la Universidad San Martín a estudiar Ciencias de la Comunicación, pero lo hice por poco tiempo, porque me fui a Colombia.

—¿Cuando regresó al Perú no cruzó por su mente terminar la carrera?

—Ya no. Me veo hasta el final de mis días al borde de una cancha.

-Pero el bichito del periodismo lo siguió, estuvo comentando en un canal de cable...

—Recibí una invitación para comentar en CMD.

—¿Fue ácido en unos momentos con sus comentarios?

—Nunca fui duro. Puedo analizar tratando de no lastimar a nadie. Yo no soy quién para decir tienes que hacer esto.

—Pasó de ser un buen comentaristas a un buen técnico...

—Uno tiene mil defectos, pero aquí en Melgar le damos la posibilidad del diálogo, de transparencia y comunicación transparente. Lo que no nos hace bien, lo desechamos de inmediato y seguimos trabajando para delante.

DE PADRE A HIJO

—Para un entrenador es difícil ser padre de un jugador. Lo decimos por Franquito, pues todos quieren verlo anotar goles como tú lo hacías.

—Es complicado porque los jóvenes hacen lo que quieren. Las comparaciones son odiosas.

—¿Juega bajo tu sombra?

—Creo que él ha superado desde chiquito todo eso. Tiene personalidad importante, trata de abrirse paso solo. Ha tenido técnicos importantes en su niñez como “Chalaca” Gonzales y el “Chino” Rivera.

—¿Usted no se metió nunca?

—Lo he dejado que camine solo. Solo lo apoyé del lado del padre y en lo que me parece.

—¿No lo llevarías al Melgar en la segunda parte del torneo?

—No es que no lo recomendaría, si se necesita, lo haría.

—¿Qué le dolió más, la patada de Camino o el robo a Franquito?

—Lo que le pasó a mi hijo. Fue un susto enorme. La preocupación y la impotencia de no poder estar en ese momento a su lado.

SIN ODIOS

—Han pasado 28 años y se sigue hablando de la patada que te dio el argentino Julián Camino, ¿le sigue guardando rencor?

—Nada, Julián se ha disculpado muchas veces. Él me regaló una camiseta de la selección argentina firmado por Messi y todos los jugadores.

—¿Y con el paraguayo Chilavert?

—También es cosa del pasado. Cuando vino a Lima le obsequió a Franquito sus guantes que los tiene hasta ahora.

—¿Cuando comenzó a jugar profesionalmente pensó estar siempre ligado al fútbol?

—Me imagino que sí. Debuté en Municipal, pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba terminando mi carrera.  Me fui a Argentina para un curso de técnico y terminé el curso. El 98 comencé en Cristal y debuté campeonando en el Clausura...

—Acostumbrado a constantes viajes, ya se adecuó a estar lejos de la familia.

—Nadie se acostumbra pero este es mi trabajo, es mi profesión. Mis hijos han crecido sabiendo a qué me dedicaba.

—¿Pero fue algo duro?

—Demasiados años. A veces todo esto trae consecuencias tristes. Pero Gracias a Dios hay una buena relación con mis hijos, todo sacrificio saben que es por ellos.

—¿Le obsesiona volver como DT de la selección?

—Nunca fue mi obsesión. Soy respetuoso del momento que vive. Hay un cuerpo técnico con Markarián que trabaja y nada más. Mi experiencia en la selección duró un año y ellos (dirigentes) consideraron que no me tenían que renovar. Uno aprende mucho y deja mucho.

—¿De quién depende entonces para volver?

—Pasa por decisión de los dirigentes. Nosotros hacemos nuestro trabajo, yo no voy a un lugar (ahora Melgar) pensando en ir a otro.

—¿Se ve entonces dirigiendo muchos años en Melgar?

—Ojalá el proyecto que comenzamos dure varios años. Esperamos ayudar a que sea un club distinto, ejemplar, que tenga su sede social, sus canchas, que la niñez se identifique con la camiseta. Melgar tiene que invertir y esforzarse al máximo para pelear el campeonato todos los años. Un torneo internacional tiene que jugarse todos los años. Hay muestras que copiar como Vallejo, Real Garcilaso, Aurich y Cienciano.                            

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