Ángel Ziani, el árbitro de Combate: “No soy palomilla de balcón sino de barrio”

Dice que aceptó trabajar en el programa de ATV porque es una persona de retos. Afirma que las chicas y chicos del reality son guapos, y que siempre llega motivado a su casa en las noches . Una vez los jugadores le metieron la mano y él dijo “ay, qué rico".

Armando Arango

Fotos: Arturo Pérez

 A sus 54 años pasó de ser aquel personaje formal que imponía justicia en los campos a uno carismático y popular. Ángel Ziani nos contó su experiencia en Combate. También, entre otras cosas, de cuando era árbitro y de cómo ganó una apuesta por Flavio Maestri.

—¿Cómo se animó a ser juez en Combate?

—Me llamaron de la producción y acepté porque soy una persona que asume retos.

—Pero usted siempre reflejó una imagen seria...

—Sí, pero yo soy de barrio. Nací en el Callao y crecido en Ventanilla. No soy palomilla de balcón sino palomilla de barrio.

—¿Ventanilla siempre fue una zona brava?

—Ahora es bravo pero antes era tranquilo. Uno podía dormir con la puerta abierta y no pasaba nada, ahora te “cuadran” y si no te encuentran nada para robarte, te “gomean”.

—¿Tiene alguna profesión?

-Soy profesor de Educación Física. Los chicos de mi salón están felices de verme en el programa. Además, son mis primeros críticos.

—¿Sale ganadazo con tanta belleza que hay en el programa?

—Sí, todas son guapas… hasta los chicos. Todos los días me distraigo la vista.

—¿Quién es la combatiente más guapa?

—Mi mujer. Mi mujer es la más guapa y la más beneficiada cuando llego a la casa en la noche (risas). Siempre llego motivado.

Se le pasó la mano

—¿En qué año se inició como árbitro?

—Fue en 1979 en la Asociación de Árbitros de Cercado. Mi amigo Ricardo Farías me llevó a un curso de árbitros y no paré hasta el 2004, año de mi retiro.

—¿Extraña el fútbol?

—Lo extrañaba, pero ya no. Al principio me chocó, pero ya lo superé.

—¿Qué anécdotas recuerda siempre?

—Una vez cuando dirigía en la Liga Interna de Dulanto me tocó un partido duro y a un jugador que cometió una falta le saqué la tarjeta sin pestañear. Sin embargo, veo que el jugador se retira sin decirme nada. Veo la tarjeta y era la roja. Se la saqué por equivocación. 

—¿Se sorprendió en ese momento?

—Claro porque en esos partidos solo hay un árbitro y el encuentro estaba picante. Mantuve mi decisión hasta el final y luego corrí duro.

—¿Tiene otra?

—En esa misma Liga, pero en otro partido, cuando estaba cobrando un tiro libre tuve la idea de acomodar el balón y me agacho un poco. Atrás habían tres jugadores palomillas que me metieron la mano. Al toque me paré y como no podía expulsar a todos solo atiné a decir “ay, qué rico”.

—¿Y una en la profesional?

—La de Flavio Maestri y sus medias caídas. El 2003, Maestri jugaba en Cristal y le gustaba usar las medias caídas. En un partido ante Wanka, el árbitro Miguel Magallanes lo botó por no subírselas. En su reaparición, la CONAR (Comisión Nacional de Árbitros) me designa para llevar el partido y me apuestan un chifa a que no podía hacer que Flavio jugara todo el partido con las medias arriba.

—¿Y qué pasó?

—Que lo tuve seco a Maestri. No le dejé que se bajara las medias hasta que terminó el partido. Al final se me acercó, me tocó la cabeza y me dijo: “qué espeso eres”.  

—¿Qué jugador quiso trabajarlo a la boquilla?

—El paraguayo Pedro Garay y Balerio que jugaron en Cristal. Garay siempre titubeaba cuando hablaba con la prensa pero cuando te reclamaba lo hacía bien. No era mudo ni coj..., pero yo tenía calle y sabía manejarlo.    

Es hincha de Alianza Lima

—¿Nunca se te salió lo hincha?

—No, además yo era hincha del club Atlético Nacional de Ventanilla. Ya después del retiro me hice hincha de Alianza .

—Eres de imponer autoridad donde vas, ¿es igual en tu casa?

—En mi casa tomamos la decisión con mi mujer. Tengo tres hijos: Samuel Francisco, Ángelo y Gabriela.