El secreto oculto en la Luna: La NASA abre las rocas lunares del Apolo 17 y revela un hallazgo inquietante
La NASA abre cápsula del tiempo con rocas lunares de Apolo 17 tras 50 años. Este análisis busca resolver misterios sobre la Luna y prepara el camino para futuras misiones espaciales.
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Durante 1972, astronautas de la misión espacial Apolo 17 recolectaron una porción de rocas lunares. Estas fueron almacenadas dentro de las instalaciones de la NASA en una cápsula del tiempo. Finalmente, la agencia espacial estadounidense ha decidido abrirlas en este año, tras cinco décadas de espera.
Con la finalidad de realizar un mejor análisis del material, que no solo resalta la importancia de la misión Apolo, sino que también plantea una serie de cuestionamientos sobre la órbita de la Luna y los futuros viajes espaciales hacia su área, como el Artemis II.
¿Qué técnicas utilizó la NASA para estudiar las rocas lunares?
La muestra hallada por el geólogo y astronauta Harrison Schmitt tiene unos 110,5 kilogramos de rocas lunares halladas en el valle de Taurus-Littrow del astro. Por años, la NASA optó por guardarlas con la esperanza de desarrollar materiales tecnológicos para analizar su composición y textura sin provocar ningún tipo de daño relacionado.
¿Qué técnicas utilizó la NASA para estudiar las rocas lunares?
Todo fue posible gracias al programa ANGSA (Análisis de Muestras del Apolo Próxima Generación), que examinó las reliquias lunares utilizando escáneres micro-CT de nivel médico, observando los núcleos interiores cuidadosamente.
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¿Qué esconden las rocas lunares recolectadas por Apolo 17?
Los estudios de la composición revelaron algo jamás pensado por los científicos de la NASA. Se trata de una franja de cinco kilómetros en la superficie lunar, a la que denominaron "Manto Ligero", debido a que es el resultado de un deslizamiento de tierra en un lugar que no cuenta ni con agua ni con atmósfera. Un nuevo misterio espacial para la comunidad astronómica.
¿Qué esconden las rocas lunares recolectadas por Apolo 17?
La investigación resalta la importancia de este descubrimiento, ya que implica nuevos estudios sobre el comportamiento del regolito lunar, la estructura del suelo, entre otros detalles geográficos del astro que serán parte de la siguiente misión lunar de la NASA, Artemis II.
Periodista especializada en ciencia, tecnología y salud. Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Redactora en El Popular, interesada en temas relacionados con estudios científicos, eventos astronómicos, hallazgos y más.
