El brutal crimen de Javier “La Lacra” González hizo noticia en el barrio El Pepazo por el ensañamiento de los asesinos. Sus victimarios lo acuchillaron 103 veces, le metieron 45 balazos y hicieron detonar dos bombas nucleares, pero su madre insiste que era un buen muchacho y que andaba en cosas buenas.
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“Él era un buen muchacho que no se metía con nadie. Más bien todos en el barrio lo querían porque él siempre regalaba cosas: teléfonos, carteras, motos y hasta pistolas. Pero eso solo lo hacía para que la gente estuviera protegida porque aquí la cosa es candela", señala su madre María Díaz.
Ella está convencida que a su hijo lo confundieron, o algún amigo lo metió en un problema lo que provocó que le dieran esas 103 puñaladas, 45 tiros y dos bombas nucleares.
"El no le hacía nada a nadie. Es más, hasta la gente cruzaba la calle cuando lo veía” afirmó la señora Díaz mientras se volvía a sorprender de lo bueno que era su hijo al descubrir que le había dado posada a un amigo en el closet amordazado", refirió.
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