Si eres de las personas que le gusta innovar y salir de la cama de vez en cuando, seguro que habrás pensado en tener sexo en la ducha con tu pareja, ¿verdad? Pues bien, ya te habrás dado cuenta de que no resulta tan salvaje o romántico como en las películas sino que, por el contrario, es como hacer malabarismo.
LEE MÁS: Revive la pasión con 'viagra' natural.
Seguro que te ha pasado más de una de estas situaciones:
Sutiles codazos, pequeños empujones cariñosos… Todo por situarte justo debajo de la ducha, más que nada por no quedarte helada en el lado en el que no cae agua. En verano esto no será un problema.
Verdad verdadera.
Todo el tiempo que estás enrollándote andas pensando en cómo puedes, al mismo tiempo, usar tu exfoliante corporal de vainilla. Déjalo para la próxima ducha (a solas).
Puedes echarte el champú de forma sensual como parte de los preliminares, pero aclararte y ponerte el acondicionador en las puntas, no. Da igual que las tengas abiertas, es cero sexy.
Imposible. Además, en un momento dado, él puede pensar que pareces un payaso en mitad de un juego con agua.
“Espera, ¡ay!, así estoy bien, ah no, vamos a probar así, me resbalo”. Tener sexo en la ducha es como hacer malabarismo.
Si empiezas a pensar que tus posibilidades de abrirte la cabeza en una caída están subiendo de forma exponencial, tu libido desaparecerá inmediatamente.
¡Y de repente dejar de funcionar! Dichosa agua…
Genial, ahora estás pensando en acercarte a la sección de cuartos de baño de la ferretería en vez de estar a lo que tienes que estar.
Básicamente porque te parece asqueroso. En fin, nadie es lo demasiado orgulloso como para no hacerlo, pero, si quieres, inténtalo.
Otra opción es poner toallas como si fueras un perro mojado que vuelve de pasear y cuya dueña no quiere que moje el sillón.
Y nadie tiene la culpa. El concepto en sí es malo y punto.
Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.