Leí un artículo en internet que me dejó pensando. Criticaba el humor satírico de la revista Charlie Hebdo y, luego de analizar una de sus portadas que se referían a la matanza, a balazo limpio, de cientos de egipcios, cuyo título era: “El Corán es una m... No detiene las balas”, planteaba esta interrogante:
“¿Qué pasaría si un medio musulmán satiriza la masacre en París y pone: ‘Charlie Hebdo es una m... No detiene las balas’, cómo reaccionaríamos, dirías que solo es humor”.
Sin duda, la mayoría en el mundo pondría el grito en el cielo y rechazaría tal publicación. Pero, ¿tendría que ser suficiente causa para quitarles la vida a los que la difundieron?
En las últimas horas, mientras en Francia abatían a los sospechosos de los asesinatos en Charlie Hebdo, la polémica en redes sociales era muy candente. Para algunos, los humoristas “se la buscaron” porque fueron provocadores.
Y en eso hay que tener cuidado, porque cualquier manera de explicar la reacción, podría llevarnos a justificarla, olvidando que nadie debe quitarle la vida al prójimo.
¿Por qué los motivos religiosos son más contundentes para consentir que si le faltas el respeto a una fe, mereces morir? ¿Si justificamos ello, también tendríamos que hacerlo con las ideas políticas, las de educación, por hambre o de cualquier otra índole?
En las redes, algunos cuestionan que Charlie Hebdo abusó de la libertad de expresión. Pero, lo que debe entenderse es que para los excesos de los medios existen las leyes. Un ciudadano que se sienta afectado en sus derechos puede acudir al poder judicial para ser reivindicado. No va a la redacción del medio con un arma y dispara.
Ahora bien, más vale un medio libre, así cometa excesos, que otro amordazado. Y es conocido que los regímenes autoritarios -políticos o religiosos- siempre buscan que los medios de comunicación solo digan lo que quieren.
El asesinato en Charlie Hebdo abrirá otro tiempo. De eso, debemos tener seguridad. Para aquellos que proponen en todo lo que pasa una teoría de la conspiración, lo que se viene es un gran conflicto de civilizaciones y acusan a Estados Unidos de manejar los hilos de todo.
Es más, hay quienes sospechan que el atentado a la revista de humor no fue perpetrado por islamistas sino por mercenarios contratados por Washington.
Pero lo que verdaderamente hay que esperar es que tras el debate que nadie debe matar en nombre de Dios, la humanidad se reconcilie y apueste por la paz.
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