La vida antes de la toma del poder por los talibanes ya era peligrosa para Abdul, nombre falso que pide para proteger su identidad, en Afganistán. Si hubiese dicho o dado indicios de que es homosexual podría haber sido asesinado o llevado a los tribunales pues así lo impone las leyes del país.
"Sería asesinado en el acto", dice si es que revelara su sexualidad. Los talibanes son un grupo extremadamente conservador y que interpretan la ley islámica de forma radical y, que según esta a homosexualidad esta prohibida y se castiga con la muerte. “Escuché a mis padres y ancianos hablar sobre los talibanes”, cuenta a la BBC. “Vimos algunas películas. Pero ahora es como estar dentro de una película”.
Esta semana hubiese ido a visitar a sus amigos, a dar los exámenes finales de la universidad y, como no visitaría a su novio, a quien conoció hace tres años. Hoy al igual que las mujeres ve su futuro con miedo e incierto. Abdul no sale para nada, es el cuarto día que permanece en casa. “Incluso cuando veo a los talibanes desde las ventanas, me siento realmente asustado. Mi cuerpo comienza a temblar al verlos”, refiere. “Están matando a civiles. No creo que jamás pueda hablar frente a ellos”.
Abdul no puede mostrarse si quiera a sus familiares o conocidos, pero ha sabido ocultarse bien y disfrutaba del bullicio de la capital. “Como persona gay en Afganistán, no puedes mostrarte siquiera a tu familia o amigos. Si me expongo ante mi familia, tal vez me golpeen, tal vez me maten. No hay futuro para nosotros”, señala.
Asimismo cuenta que todos se esconden, tienen miedo de perder sus vidas al salir o por no hacer caso a una de las normas de los talibanes y, muchas personas tienen la mente nublada. “Estoy bajo una depresión grave. Tengo pensamientos de terminar con esto. No quiero vivir este tipo de vida. Quiero un futuro en el que pueda vivir libremente, y que la gente no me diga que no se puede ser gay aquí”, asegura al medio citado.
El joven de 21 años no tiene esperanzas sobre las promesas de los talibanes de gobernar de manera diferente. “Incluso si los talibanes aceptan a una mujer en el gobierno, en la escuela, nunca aceptarán a personas homosexuales. Los matarán a todos en el acto”, prevé.
Abdul esta buscando la forma de salir del país. “Solo quiero decir, si alguien está escuchando mi mensaje: como joven, tengo derecho a vivir con libertad y seguridad. Tengo 21 años. Toda mi vida la pasé en la guerra, en la explosión de bombas, perdiendo amigos, perdiendo familiares. Recen por nosotros. Recen por nuestras vidas”, pide.
Los talibanes gobernaron entre 1996 y 2001 imponiendo una rigurosa interpretación de la ley musulmana o Sharia. Su movimiento surge en 1994 en Afganistán, en tiempos donde el país quedó devastado por la guerra contra los soviéticos. Son un grupo de "estudiantes en religión" dirigidos por Haibatullah Akhundzada y el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador del movimiento.
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