Pese a los años, la morocha Mónica Cabrejos se mantiene regia y eso la hace blanco de la mirada de galanes que desean compartir algo más que tiempo. Ella nos habla de eso y un poco de todo.
–¿Qué opinas de las Embajadoras de Tulum?
–Cada uno vive como quiere y hace con su cuerpo lo que le plazca. Es parte de la libertad de elección y ejercer tus derechos. A quien no le guste, que no lo haga.
– Te vemos lucirte sensual en las redes sociales cuando viajas...
– Trabajo fuerte para darme mis gustos. Eso me hace más libre e independiente.
–¿También recibiste invitaciones?
– No faltan esos atrevidos, pero ya sabes cómo es, así que mejor me voy sola y con la mía para hacer lo que me gusta y dé la gana.
–¿Insisten?
– Sí, algunos creen que porque tienen dinero pueden convencer a todas. A mí, jamás, las que quieren, que vayan. Tampoco es para andar rasgándose las vestiduras.
–¿Sufres acoso?
– Claro, como muchas mujeres, pero no aguanto pulgas a nadie, conmigo no se puede. De inmediato los mando recontra lejos.
–¿En esa lista hay peloteros, políticos, empresarios?
– Yo estoy para entrenadores (risas). Las damas como yo no tenemos memoria.
–¿Te ofrecen el oro y el moro?
Lo único que pueden ofrecerme es amor, lealtad y risa. Si yo quiero oro, trabajo, ahorro y lo consigo.
–¿Un galán a la vista?
– Hay afanadores, pulseadores, estoy sola, pero sigo creyendo en el amor.