
Tenía que despedirse de su querida “Órsola”. El comendiante Tulio Loza llegó al velatorio Las Carmelitas de Miraflores, para despedirse de su entrañable compañera y amiga Maricarmen Ureta.
“Es una gran pena y tristeza que nos haya dejado. Algunas veces Papalindo (Dios) es injusto y se lleva a las personas más buenas”, fueron sus palabras. Luego recordó que fueron 25 años los que trabajó con ella.
“Recorrimos todo el Perú y le enseñé a bailar huainitos para que encarne a su personaje. Siempre será mi trampa y mi servinacuy”, declaró.
Los restos de la fallecida actriz fueron cremados ayer en el cementerio Mapfre de Huachipa.
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