Para Tito Chumpitaz, uno de los formadores de Piero Quispe, tiene condiciones para brillar en el fútbol mexicano con los Pumas. El entrenador nacional recuerda los inicios en el fútbol de su pupilo, de su perseverancia y el apoyo de sus padres para ir logrando sus objetivos.
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—No, ya esperaba su transferencia al extranjero porque ya había mostrado su valía. Los dos partidos de eliminatorias (ante Bolivia y Venezuela) fueron claves para su llegada a México.
—Bien, el fútbol mexicano es competitivo y Pumas es un club grande, acostumbrado a pelear siempre arriba.
—La parte física, atlética, que pasa en muchos jugadores de esa calidad técnica, que les falta mejorar en ese aspecto.
—Dios quiera, mucho dependerá de su trabajo, la oportunidad ya está dada y ahora le toca demostrar su valía. Si desea seguir progresando debe jugar bien y será observado por clubes de Europa, tiene que ir paso a paso.
—Me llamó para saludarme por mi cumpleaños y le comenté cómo es el fútbol mexicano. Mi papá jugó allá (por Atlas) y varios peruanos han jugado en México. Es un fútbol muy intenso, de fuerza, donde predomina mucho lo físico y él con su calidad ojalá se adecúe rápido.
—Una satisfacción que los chicos se acuerden porque muchos se olvidan. Ellos pasaron por nuestra escuela, han estado trabajando, formando carácter, disciplina, humildad que es el perfil de nuestra escuela. Hoy los jugadores pierden la cabeza por el dinero y los elogios. Hay que hacer de esto una excelencia, que el chico sea una buena persona, buen hijo, buen esposo y buen padre. Eso es lo que se quiere y con el talento que tienen eso más fácil.
—Es un buen hijo, se le nota. Sus padres están orgullosos de él y han colaborado en su crecimiento porque son los formadores en la disciplina, valores y eso hay que ponerlo muy por encima de todo.
—Llega en una de las tantas pruebas que hacemos y aprobó la evaluación. Estuvo con nosotros desde los 12 años, hizo todo el proceso competitivo y a los 16 años lo llevamos a Universitario.
—Voy a contar una anécdota por lo que varios se van a jalar los pelos.
—Piero estuvo en Alianza Lima con Nelson Cabanillas. Alianza me los pidió, pero no le dieron la oportunidad. Fueron una semana y paraban sentados al costado del campo viendo los entrenamientos. Los chicos me dijeron que no pasaba nada y les dije que vuelvan.
—En la ‘U’ hablé con Francisco Gonzales, que era gerente de menores, le pedí que le hagan las pruebas, quería que lo vean, no por nuestra recomendación, los evaluaron y se quedaron.
—Sí, hay muchos como Quispe, Cabanillas, Orejas Flores, está en nosotros darles la oportunidad y no dejarse llevar por el tamaño o somatotipo porque nuestros jugadores no son altos, son medianos. A veces se busca fuerza, talla, peso, cuando nuestra esencia es el buen juego de buen pie.
—Que la rompa. El Perú está pendiente de lo que haga, de su trabajo dependerá que llegue bien a la selección que lo necesitará. Debe jugar pensando en él, su equipo y en la selección.