Mafer Reyes: “El mar y el surf me cambiaron la vida”

Con la medalla de oro en la mano, María Fernanda Reyes nos cuenta las sensaciones que experimentó al conseguir uno de sus máximos logros en los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y su lucha desde pequeña, cuando su mamá vendía raspadillas, para materializar su sueño.

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—¿Cómo fue tu experiencia en los Panamericanos Santiago 2023?
—Fue especial, peculiar, porque hubo olas buenas, pero en el último día el mar estuvo extremo. Fue importante la medalla de oro luego de quedarme con la plata en Lima 2019. Después de cuatro años mejoré muchísimo y espero llegar bien a los próximos Panamericanos.

—¿Pensaste que se te escapaba la medalla de oro?
—Sí, porque estaba muy difícil el mar, las olas, estaba complicado y me dije que debía agarrar una ola como si fuera la última de mi vida. No sabía mi puntaje hasta que salí de la playa.

—¿Alguna anécdota de Santiago 2023?
—Días antes que inicie la competencia, estaba surfeando y un pájaro me ensució la tabla en el mar. Entonces dije: “Con esta tabla voy a competir, va a ser la ganadora”, y gané. Fue la suerte (risas). Y otra es que un día casi me estrello contra las rocas, estuve en peligro.

—¿Qué significa esa presea dorada?
—Todavía no me la creo, era mi primera vez cantando el himno nacional. Qué mejor que cantar en otro país el himno, era algo que sentí, que no pude tenerlo en Lima 2019 y ahora la tengo. Muchos dicen que es una revancha, pero creo que uno busca romper sus límites, una meta más que cumplí.

—¿Cuándo ves tu medalla de oro en qué piensas?
—Siento orgullo por todo el trabajo que hice. Dedicación, esfuerzo y disciplina son muy importantes para todos los deportistas para lograr las metas. Se lo dedico a mi madre, a mi novio y a todo el Perú.

—¿Se apuesta por el deporte en el Perú?
—Se olvidan del deportista, el deporte pasa a último plano para el Gobierno y no saben que el deporte cambia vidas y te da segundas oportunidades.

—¿Se puede vivir del surf?
—Vivir del deporte es difícil, los ingresos acá son para poder competir. Por eso, no puedo ir a comprar cosas, ahorro para representar al Perú. El Estado debería apoyar al deporte. Nosotros no ganamos como futbolistas.

—¿Sientes que vas a ser ejemplo para la nueva generación?
—Sofía (Mulánovich) fue de las primeras en traer un Mundial, seguir el paso de ella y de otros grandes como Analí, Piccolo… Espero ser ejemplo para los más jóvenes a pesar de no ser un futbolista al que siguen millones de peruanos. Uno como deportista tiene que dar una gran imagen.

—¿Desde cuándo nace tu pasión por el surf?
—De chiquita siempre me divertía, pero cuando ya tenía 15 años quería dedicarme al deporte en un 100%. Soñé con ser una grande como Sofía.

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Futura arquitecta

—¿Cómo es tu día a día?
—Aparte de surfear, estudio, pero a veces lo dejo por las competencias. Sería increíble estudiar y competir, pero puse prioridad al deporte, pero también me preparo para lo otro. Me gusta la cocina, el marketing, la gestión deportiva. Ahora estudio Arquitectura, estoy en tercer ciclo.

—Si no serías surfista, ¿qué habría pasado en tu vida?
—Crecí en el mar, mi mamá vendía raspadillas en la playa, lo único que veía era el mar. El surf es un deporte, al igual que los otros, que cambia vidas. El mar me ha brindado todo, estoy agradecida por disfrutarlo todos los días.

—¿Hasta qué edad piensas competir?
—Mi deporte todavía me lo permite, se puede avanzar por bastante tiempo y mi genética me va a ayudar. Hay que entrenar mucho y trabajar la parte psicológica.

—¿Cómo estás del corazón?
—Voy a cumplir cuatro años con mi enamorado, Rafo. Lo conocí en una fiesta y ahí empezamos a salir. Tuve la suerte de conocernos de esa forma porque no soy de salir así nomás. Es un gran chico. Entre nosotros no hay celos porque eso genera la desconfianza.

—¿Sales a fiestas?
—No salgo, y si lo hago es una vez a fin de año. Y si salgo, no tomo, no necesito alcohol para divertirme, pero en ocasiones me invitan mis amigos y me encanta el ron, el whisky, tragos fuertes. Sin embargo, hay que saber medirse.

—Gracias, Mafer, por la entrevista.
—Un placer. Hasta la próxima.