Frank Palomino pudo hacerse millonario, pero la fatalidad le hizo un gol: “Una lesión perder un contrato ”

La vida está hecha de pequeños momentos, dicen, que después pueden llegar a convertirse en grandes e inolvidables momentos. O amargos también.
Frank Palomino en 1998 era jugador de Melgar y se le presentó la oportunidad de irse a jugar al Genk de Bélgica, que había ofertado una fortuna por su pase, pero una lesión truncó su viaje.

Con el tiempo se recuperó, siguió su carrera, le puso ánimo, esfuerzo y logró muchas alegrías. Se retiró y hoy con 52 años es entrenador y quiere llegar lejos.

—¿Desde niño apuntabas siempre a ser futbolista?

—Yo era un alumno promedio y me gustaba mucho el curso de Historia del Perú. Al comienzo, como todo chico piensa en estudiar una carrera, pero de mi parte tiraba para militar porque mi padre era de las Fuerzas Policiales, y al final el fútbol pesó más, aunque también practicaba otros deportes.

—¿Cómo llegas a Cienciano?

—Había una prueba en Cienciano, me prestaron ropa y metí varios goles. El profesor Rufino Bernales dio el visto bueno y me dieron 100 dólares en ese momento, y el siguiente fin de semana debuté contra Melgar. Mi primera etapa en Cienciano fue de 1989 a 1992, y el 93 pasé a la ‘U’ que campeonó con el Puma Carranza, el Ratón Rodríguez y Nunes.

—¿Pero te vas el año siguiente al Ciclista?

—Dejé la ‘U’ por unos problemas y me voy al Ciclista por pedido del técnico Fabián Estay. Me acuerdo que le ganamos dos partidos a Alianza y en Matute la gente nos quería matar. No pagaban por esos días, pero había que ingeniárselas, aunque yo estaba siempre en la selección y me daban un dinero. A algunos compañeros como Huevo López y Avilés, les pagaban en planchas de papel higiénico.

—¿En Sipesa sí te fue muy bien?

—Era una bonanza económica, te pagaban de todo. Pero yo había rechazado la oferta de Alianza y me arrepiento, porque quizás si iba con ellos hubiese sido vendido después a importantes equipos del exterior.

—¿Pero tuviste la ocasión de jugar en  China, ¿no?

—Sí, me llevó José Moreno, representante del Cóndor Mendoza. Mi experiencia allá fue buena, tanto que me pedían que regrese, pero Melgar se avivó, pidió mucha plata y le entablé juicio que gané, pero los chinos no me esperaron.

—Bélgica fue una opción también en tu carrera.

—Sí. Yo jugaba por Cienciano, pero la fatalidad se atravesó, me lesioné en el Monumental en un partido por las eliminatorias con Bolivia el 2001.  Justamente esa noche iba a viajar Bélgica para jugar por el Genk, iba a ir a pasar los exámenes médicos.

—¿Cómo fue tu lesión?

—Tuve rotura de ligamento cruzado y tenía que parar un año y medio. Fueron los momentos más dramáticos de mi vida.

—¿Cienciano te iba a vender?

—No, yo iba a quedar como jugador libre. El Genk iba apagar 7 millones de dólares por mi contrato, el dinero era para mí y mi representante José Moreno, por tres años. Ya nunca más se presentó un contrato así. Con el Genk incluso iba a jugar la Champions.

—También jugaste en Centroamérica.

—En el Firpo de El Salvador, era en el tiempo de las guerrillas, pero me dediqué a jugar y con mis compañeros brasileños Pablo Chacón e Israel Castro, la pasé bien seis meses.bronca con Oblitas

—Estuviste en varias selecciones, ¿no?

—Sí, pero en las selecciones con Popovic y Miguel Company salí por lesiones. Jugué en la Copa América de Bolivia con Freddy Ternero, pero me pasó algo muy desagradable.

—¿Qué ocurrió?

—Yo había estado jugando con regularidad la etapa de grupos, luego en cuartos de final dejamos fuera a Argentina y tocaba Brasil en las semifinales, y previo al partido, Ternero me dice que no iba a jugar porque Oblitas, que dirigiría después al equipo principal en las eliminatorias para Francia 98, quería probar otro jugador. Me puse a llorar.

—Fue el partido en el que Brasil nos goleó 7-0.

—Entré cuando estábamos 6-0, entré caliente y casi hay bronca con Cafú porque le metí un planchón. Brasil tenía un equipazo, estaban Romario, Ronaldo, Denilson, Edmundo, Roberto Carlos, y campeonaron.  Nosotros disputamos el tercer lugar con México y perdimos 1-0.

Quiere dirigir Cienciano

—¿Cómo ves a Cienciano de esta hora?

—En Cienciano no se le está dando oportunidad a los cusqueños. Es más, todas las categorías de Cienciano se manejan en gran porcentaje desde Lima. No es que tenga algo en contra de los chicos de afuera, sino que hay que buscar chicos con más identificación con el club. Los otros clubes cusqueños, Deportivo Garcilaso y Cusco FC también deben seguir esa línea

—¿Cuál es verdadero clásico cusqueño?

—Cienciano y Deportivo Garcilaso, con el otro Garcilaso (Real), no.

—¿Sigues la campaña del equipo Rojo?

—Sí, pero te digo Cienciano no me quiere dar la oportunidad de dirigir al equipo y tengo la fórmula. Creo que no se está entrenando como debería hacerse, y si Cienciano quiere volver a ser grande, tiene que cambiar el chip. No dirijo en Cienciano porque resulto un tipo incómodo para ellos (la administración), buscan tipos más manejables sin chistar y callados, y a los jugadores los tengo que elegir yo y no los directivos.