Colibrí Rodríguez sobre la tragedia del Fokker: “Chacalón invitaba a comer cebiche a los Potrillos”

Luego de 34 años Benjamín ‘Colibrí’ Rodríguez, quien integró aquel plantel de Alianza Lima y que se salvó por no viajar, recuerda a los potrillos y cuenta curiosas anécdotas, entre las cuales resaltó el nombre de Chacalón.

¿Qué reflexión de esta fecha?
Es una fecha que el hincha de Alianza Lima nunca olvidará. Los finaditos deben estar contentos allá arriba (cielo) por el reciente título, algo que nosotros no pudimos.

¿Es verdad que varios de los compañeros fallecidos se quedaban a dormir en tu casa?
Sí, cuando viajamos a provincias y también al retorno si era tarde.

¿Cómo te enteras de la tragedia?
El día del partido esperaba que se quedaran a dormir, pero como no lo hicieron me fui a acostar sin saber nada. Al día siguiente, a las 5:00 a.m., me llamó la mamá de Pacho Bustamante preguntando si se había quedado conmigo, porque dieron la noticia que el avión se cayó al mar.

¿Cuál fue tu reacción?
Prendo la televisión, veo la noticia y llamo al club, me contesta el señor Soracco que era el administrador y comienza a contar todo.

¿Cómo los notaste antes del viaje a Pucallpa?
Estuve horas antes con ellos, fui al estadio a despedirlos cuando salió el bus al aeropuerto.

¿Notaste algo raro?
Todo fue normal en el almuerzo que nos invitó el dirigente de la barra, Luis Dibós (hermano de Chachito Dibós). También nos dio regalos navideños, fue un lindo día y nos acompañó el Zambo Cavero. Los que viajaron llamaron a sus familiares para que lo recojan en la concentración.

¿Con qué otro cantante tenían afinidad?
Mi generación tuvo la suerte de conocer y compartir con Chacalón quien cuando iba al estadio, nos invitaba a comer cebiche a La Parada, donde lo adoraban e idolatraban. En los días libres nos invitaba a sus conciertos de la carpa Grau y ahí estábamos los jugadores de Alianza en primera fila.

¿Por qué no viajaste?
Tenía un esguince de primer grado. El doctor Suárez me quiso enyesar, le rogué y me puso tensoplast. En el partido anterior, contra San Agustín, me infiltraron, ingresé faltando 15 minutos yme dieron un pisotón. Eso me impidió viajar a Pucallpa y salvé mi vida.

Su mamá los engreía

¿Es cierto que tu mamá los engreía como a sus hijos?
Los quería como sus hijos a pesar de que algunos eran demasiados traviesos. Milton Cavero era quien le sacaba canas verdes, se paraba en la mesa, se ponía exquisito en el desayuno, no quería tomar quáker y comer huevo duro. Mi madrecita se amargaba y le decía: “come o si no mejor ya no vengas’”.

¿Cómo se comportaba Pachito Bustamante?
Era un caballerito y bromeaba poco, era su forma de ser. Pero juntos éramos terribles, parábamos Cavero, Escobar, Pachito, Reyes y yo.

¿Les decían ‘cuidense de este grupo’?
No, como en ese tiempo no había celular, nos poníamos de acuerdo antes de salir de casa en el lugar y hora de encuentro. En las mañanas íbamos a una juguería en Manco Cápac y en la noche, antes de concentrar, comíamos pescado frito, también arroz chaufa, por el cine Lux, todo puntuales a pesar de que Reyes vivía en el Callao, Milton Cavero en Lince, Escobar en Barrios Altos y Pachito Bustamante en el Rímac.

¿Cómo era Lucho Escobar?
Era especial para los que no lo conocían, pero con nosotros no. Era un tremendo jugador que estaba para triunfar en el exterior y como el maestro Didí nos dirigió había posibilidades en el fútbol brasileño, lo mismo que para Casanova.

¿Qué sientes de que la verdad de la tragedia nunca se sabrá?
Siempre digo por qué no salieron a buscarlos el mismo día de la tragedia, quizás encontraban sobrevivientes, además no se hubiese especulado tantas cosas como que Tomasini estaba vivo, qué en el avión se encontraba sustancias prohibidas,etc. El piloto sobreviviente debió hablar, pero no dijo nada.

¿Aparecerá una camada como esa?
Esa promoción fue espectacular, si ves los archivos nunca verás a una gran camada de jugadores como esa.