Pablo de Vinatea: “Quiero que el Perú se emocione conmigo en los Parapanamericanos”

Víctor Arrunátegui Acosta

Pablo de Vinatea tenía catorce años y se había consagrado campeón sudamericano de bádminton, cuando una noticia le cambió la vida para siempre. Le dijeron que tenía cáncer a los huesos y que ya no podría hacer su deporte favorito, pero hoy es nuestra carta fuerte para ganar una medalla en los Juegos Parapanamericanos.

Al poco tiempo, perdió una pierna como consecuencia del mal y parecía que todo se había acabado para él. Pero, como se dice, la fe mueve montañas, y él se aferró a su fe y consiguió salir adelante. Si antes podía correr con sus piernas como todos, ahora podría hacer lo mismo con la ayuda de una silla de ruedas.

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Como se dice, a un problema, una solución. Y ahí está. Por él se introdujo el parabádminton en el Perú y, por consiguiente, en los Juegos Parapanamericanos. De Vinatea no es de prometer la medalla, quiere salir a jugar y que la gente se divierta, pero también sueña subir al podio y cantar el himno nacional con orgullo.

—Te escuché decir que no cometerás el error de prometer una medalla en estos Juegos Parapanamericanos en Perú, pero la gente así lo espera.

—Aquí lo importante es que yo tengo que estar cómodo y ser sincero en todo sentido. No puedo salir y ofrecer algo que yo no pienso. Yo quiero que vean mis partidos, que vean mi primer partido, el segundo, después las semifinales y luego la final y se emocionen. Para qué emocionarse con algo previo, es mi mensaje personal.

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—Suena raro la explicación.

—Sí, suena raro, pero así es. En mi opinión, ser un deportista serio es concentrarme en mi juego para dar lo mejor en esos partidos. Y en el fondo es lo mejor que puedo hacer para tener resultados.

—¿Cómo se desarrolló tu preparación?

—La mayor parte del trabajo es en los entrenamientos y en el gimnasio. También hay otra parte importante que es la parte psicológica, nutricional y la parte fisiológica. Todo eso pertenece a mi preparación y todo eso lo he aprovechado. Por eso siento que estoy llegando a Lima 2019 como quería.

—¿Es un plus que se haga en casa?

—Es un evento único y que se sepa que todos los peruanos están detrás de mí y eso hace que sea el torneo más importante de mi carrera. Si se llena el coliseo va a ser una emoción enorme, porque el bádminton no es un deporte popular, aunque ya con los  juegos Pänamericanos  se está volviendo más conocido.

—¿Qué se le puede trasmitir a la gente que se siente muchas veces derrotada?

—Si en nosotros ven una posibilidad de motivación o una forma de cuestionarse, por qué yo no puedo sentir lo mismo. Esa una de las cosas que busca el deporte paralímpico, inspirar al mundo y los deportistas lo hacemos a través del deporte.

—Te leí decir que tras perder tu pierna fue fundamental el apoyo de tu familia.

—Más que la familia, es sentirse querido, eso en los momentos difíciles te da mucha fuerza.

—Tú fuiste el propulsor del parabádminton en nuestro país, ¿qué nos puedes contar al respecto?

—Después de perder la pierna, yo era el único parabádmintonista y gracias a esa soledad mía, se hizo una convocatoria. Muchos amigos y conocidos con una discapacidad fueron conociendo el deporte y así comenzaron a practicar el parabádminton, que tuvo mi apoyo y, sobre todo, de mucha gente más y de la Federación, que ahora tiene presupuesto del Estado.

—¿Eres embajador de la prótesis Ottobock en el Perú?

—Sí y me siento muy feliz. Es como si fueras futbolista y te llama el Real Madrid. En el tema de la prótesis, antes caminaba 20 minutos y molestaba, ahora camino más, soy totalmente libre. Busco que mis requerimientos técnicos se tomen en cuenta para llegar a donde estoy. La prótesis ya está lista. Felizmente conozco a los otros competidores, se cuáles me van a ajustar y sé quienes tienen menos experiencia que yo. Habrá una estrategia para cada contrincante y espero ganar.