Lionel Messi no pudo brillar en la victoria 3-0 del Barcelona sobre el Girona por una sencilla razón: Pablo Maffeo. El joven español tuvo la sacrificada tarea de perseguir por todos los rincones del campo al astro argentino que por momentos perdió los papeles ante la asfixiante marca que le pusieron.
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Messi llegaba a este encuentro siendo goleador del torneo con 9 goles, tras marcarle cuatro tantos al Eibar, tres al Espanyol y dos al Alavés; un verdadero dolor de cabeza para Pablo Machín, técnico del Girona.
Por ello Machín decidió mandar a Maffeo a hacerle marca personal a Messi; la táctica no falló pues el argentino estuvo lejos de su rendimiento habitual.
No pudo marcar, ni asistir a sus compañeros, tampoco inquietó al portero rival. El mejor del mundo quedó en blanco en el estadio Montilivi.
"Leo me preguntó si estaba cedido por el Manchester City y mi edad. Es muy humilde. Estuvimos hablando porque estuve pegado a él casi todo el partido. No hubo ni mal rollo ni nada raro", explicó al acabar el encuentro el defensor del Girona.
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