MOYOBAMBA. El “Sapo” Sanguinetti estaba como el diablo, se le salía los ojos y de su boca toda clase de reproches contra la terna de árbitros.
“Nos trajo abajo todo el trabajo”, se quejó y caminaba de un lado a otro buscando “justicia”.
“Cuando les fui a preguntar qué cobraron, por qué anularon el gol, primero me dijeron offside y luego que había sido falta”, insistió en su reclamo. “Nos sentimos indignados”, dijo una y mil veces sabiendo ya que el título se les había escapado de las manos.
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