El pasado jueves 25 de julio, una bebé de 7 meses estuvo a punto de morir por ingerir un pescado conocido como “carachama” mientras su familia se hallaba en el río Mazamari, ubicado en Junín. Ellos tuvieron que movilizarse cuanto antes y lograron que un equipo médico del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) San Borja le salvara la vida, ya que su condición era bastante crítica.
Los galenos mencionaron que el pescado provocó serios daños en el esófago del menor porque tenía espinas. Estos le causaron una perforación y puso en riesgo su vida. Asimismo, el personal de salud informó que inicialmente ella había sido trasladada al hospital de Satipo, donde lograron estabilizarla, pero tuvieron que referirla al INSN San Borja.
Un equipo multidisciplinario compuesto por especialistas en cabeza y cuello, gastroenterología, neumología y cirugía pediátrica, trabajaron muchas horas para extraer las espinas que se encontraban en el esófago, bronquio izquierdo y otras áreas involucradas. “Fue una cirugía mínimamente invasiva, asistida por endoscopía y laparoscopía, lo que permitió acceder a las zonas más difíciles y retirar las espinas sin causar mayores daños”, manifestaron.
“ Las espinas dañaron gran parte del esófago y pusieron en riesgo la vida del menor. Esas heridas en el esófago cerraron en tres días y el niño ya pudo comer con normalidad y comenzar su óptimo proceso de recuperación”, acotó el Dr. Edgar Salas Moscoso, especialista de Cabeza y cuello.
Es preciso mencionar que la madre de la pequeña no dudó en agradecer a todo el personal por la ayuda. Ella expresó su gratitud y la directora del INSN San Borja subrayó la importancia del trabajo en equipo.
Periodista de actualidad, especializada en policiales y temas políticos. Graduada de la Universidad César Vallejo. Redactora web senior en El Popular. Interesada en temas relacionados a policiales, sociales, cine, baile, música, turismo, gastronomía y doblajes.