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HOY

"Sufrió graves quemaduras de niña y ahora ayuda a pequeños pacientes"

Dolores trabaja en Aniquem, institución que hace 24 años atiende gratuitamente a menores que pasan por esta difícil situación. Todos podemos ayudar con donaciones, padrinazgo e incluso reciclando los residuos del hogar.

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Hay muchas formas de ayudar a costear los tratamientos de estos pequeños. | Erwin Valenzuela / Urpi-LR | El Popular

Se llama Dolores, como si el destino la hubiera marcado desde que nació. La vida siempre fue difícil para ella. Sus recuerdos de infancia no están rodeados de juguetes, sino de medicamentos. No sabe cuántas operaciones le hicieron. Fueron demasiadas, cada una más dolorosa que la anterior. Sin embargo, está aquí, valiente, ayudando a otros.

Dolores Velásquez Chipao (30) trabaja en la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (Aniquem), donde alivian las heridas y el alma de niños de escasos recursos que, como ella, también sufrieron quemaduras.

Estamos en el taller de presoterapia. Aquí se elaboran prendas que hacen presión sobre la piel para que la cicatriz de una quemadura quede lo más uniforme posible. Cuentan que uno de los niños que recibió estas ropas, que pueden llegar a cubrir rostro, pecho, piernas y brazos, se miró al espejo sorprendido. "¡Soy un superhéroe!", exclamó.

Dolores tenía solo 5 años cuando sufrió un accidente en su natal Apurímac. “No contábamos con electricidad, solo lámpara. Le habían vendido combustible en lugar de kerosene a mi hermanita. Cuando lo echó, todo explotó”, recuerda.

¿Cuántas operaciones ha tenido? “La verdad (suspira) ya perdí la cuenta porque ha sido bastante, hasta los 15 años, hasta ahora hay cosas que seguir arreglando”. Ella estudió confección y terapia física. “Una cicatriz te queda para toda la vida, pero tampoco es un impedimento para continuar con la vida, lograr tus metas y tus sueños. Yo puedo dar las palabras de aliento”.

24 años de amor

La ONG Aniquem tiene 24 años ayudando. Todo lo que recaudan es para sostener el esquema. Se calcula que un tratamiento por 12 meses de un paciente con graves quemaduras puede llegar a los 5.000 soles. El 70 % de estos casos son menores de cinco años.

“Los pacientes que vienen son de escasos recursos y llegan de todos los hospitales del país”, resalta Juany Burga, del área de admisión de Aniquen.

Pequeñas guerreras

Violeta y Glenda, dos hermanitas de 4 y 2 años, son un ejemplo de ello. Su casa en Tarapoto se incendió y sufrieron gravísimas quemaduras. Estuvieron en UCI. Pudieron haber muerto. “No me daban esperanzas”, recuerda su madre Vivian Vasallo (22).

Ambas niñas intentan jugar, pero deben iniciar sus ejercicios. Les quitan las prendas y se evidencian las huellas de la tragedia. “Su apodo es guerreras porque supieron ser valientes, sobrevivieron”, concluye doña Vivian. Aniquem alerta que en el Perú más de 15.000 niños sufren lesiones por quemaduras cada año. Según el Minsa, el 70 % de estas se producen por líquidos calientes.

Padrinos por un año

Cecilia Rodríguez, encargada del área de recaudación de fondos, detalla que hay varias formas de ayudar. “Tenemos un programa muy bonito en el cual se puede compartir con el niño, acompañarlo en su tratamiento por un año, que es el apadrinamiento. Pueden participar personas naturales, empresas, grupos de amigos, colegios, etcétera”.

En el área de terapia física, Javier Segura atiende a muchos pequeños hace 15 años. “Este proceso es largo. Tratamos de que salgan de esta situación, que sean felices y olviden esto”.

Sola en hospital

Uno de estos casos es el de Emily, de cuatro años, quien sufrió heridas en ambas piernas al tropezar con una olla con agua hirviendo. “Tuvo dos operaciones. Le injertaron piel de cerdo y en la segunda su propia piel de su cabeza”, cuenta su madre Jennifer Muñoz (24). “Fueron tiempos de covid. Mi hija estuvo sola un mes en el hospital. Para mí es la niña más valiente”, añade.

Recicla y apoya

En la actualidad, uno de los métodos más efectivos de colaboración con Aniquen es el Programa de Reciclaje. “Consiste en capturar el reciclaje de empresas públicas o privadas e incluso personas naturales para, a través de operadores formalizados, generar valor y cofinanciar la rehabilitación de pacientes”, resalta Flor Paredes, responsable del área.

El 2022 reciclaron más de dos mil toneladas en alianza con al menos 300 empresas. Se costeó el tratamiento de 1.117 niños. Sin embargo, no es suficiente. Si puedes donar, ser padrino o reciclar, ingresa a la página www.aniquem.org. En Aniquem, Dolores, quien fue paciente y ahora ayuda a los niños, es parte de un equipo de personas solidarias que trabajan para convertir el dolor en sonrisas y las cicatrices en esperanzas.

Por: Erwin Valenzuela / La República

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