De movilizarse con un camión destartalado a ser el productor de café más grande del Perú

Todos los peruanos aman el café y muchos escogen diversas marcas para comprar las que más les gustan y las que más se acomodan a lo que pueden pagar, pero detrás de esas envolturas se esconden mucho trabajo arduo que tiene mucho sacrificio y dolor, pero nunca dejaron de creer en ellos mismos, como lo hizo un hombre emprendedor.

Esta empresa empezó desde abajo en un matrimonio muy fuerte y siempre creyeron que algún día serían los mejores y reconocidos. Lo que un día soñaron se hizo realidad y comenzaron a exportar a todo el mundo y a importantes marcas como Starbucks y Lavazza.

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Inicios

Antonio Huancaruna Saavedra, originario de Chota, Cajamarca, decidió apostarlo todo por el café en una época donde este no era muy consumido ni popular en el Perú. utilizó un camión viejo y destartalado para transportar sus granos a diversas zonas desde Amazonas hasta Cajamarca, para poder comerciarlos a los mejores precios.

En la década de los 60, Huancaruna decidió crear la empresa Perhusa, dedicada a la comercialización de café. De igual modo, las buenas relaciones que tenía con los cafeteros ayudó a que se convirtieran en pioneros de la recolección, distribución y exportación de este producto.

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Surgimiento

En la década de los 80 decide crear la empresa Altomayo, en plena época del terrorismo y con el derrumbe del precio del café internacionalmente. A pesar de todo ello, nunca dudó de su capacidad como productor y siempre tuvo fe en que su empresa sería de renombre y con mucho esfuerzo logró convertirse en uno de los productores más importantes del Perú.

Fue en 1991 cuando deciden trasladarse a la ciudad de Chiclayo, en donde se centran las actividades de acopio, para luego enviar el café a Lima. Para 1996, don Antonio decidió retirarse del negocio, dejando la gerencia en las manos de sus hijos, no sin antes enseñarles el compromiso que tenían que mantener con el agricultor y con la calidad de sus productos.