Paradero Las vaquitas en SMP: realizan monumento a la señora y su vaquita en las av. 12 de Octubre y la avenida Antúnez de Mayolo

En medio del ritmo acelerado de Lima, una escultura ha logrado detener miradas y despertar recuerdos en el distrito de San Martín de Porres. Se trata del monumento al Paradero Las Vaquitas, una obra que rinde homenaje a una historia sencilla, pero profundamente arraigada en la memoria colectiva de Lima norte.

Ubicado en el cruce de las avenidas 12 de Octubre y Antúnez de Mayolo, el monumento representa a una mujer mayor junto a una vaquita, imagen que simboliza el origen popular del nombre de este conocido paradero de buses. Para muchos vecinos, no se trata solo de una escultura, sino de un reconocimiento a una parte viva de su historia en la localidad.

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¿Por qué el Paradero Las Vaquitas tiene ahora un monumento?

El reciente monumento del Paradero Las Vaquitas en San Martín de Porres busca preservar una tradición urbana que ha pasado de generación en generación. Durante años, los vecinos y transportistas usaron este punto como referencia gracias a la presencia de una anciana que solía dejar a su vaquita en la zona.

La figura de la mujer con su animal se convirtió, con el tiempo, en una imagen cotidiana. Hoy, esa escena ha sido inmortalizada en una escultura que recuerda cómo, antes de la urbanización, pequeños gestos marcaban la identidad de los barrios limeños.

El video del monumento fue difundido en TikTok por el usuario Chaskyjimyperu, cuyas imágenes rápidamente se viralizaron y despertaron comentarios cargados de nostalgia y orgullo barrial.

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El origen del nombre Las Vaquitas, según se recuerda

Según se menciona en un reportaje de Al sexto día, el paradero Las Vaquitas habría recibido ese nombre hace más de 30 años, cuando esta parte de San Martín de Porres aún no estaba completamente urbanizada. En aquel entonces, pocas familias vivían en la zona.

Se cree que una de ellas se habría instalado justo en la esquina de la avenida 12 de Octubre con la av. Antúnez de Mayolo y, para poder solventar sus gastos, decidieron comprar dos vacas y abrir un pequeño establo. Este negocio se convirtió en un punto de referencia natural para los vecinos, quienes comenzaron a llamar al lugar “Las Vaquitas”.

El monumento de la señora con su vaquita recoge justamente esa versión popular del origen del nombre, que ha sobrevivido al paso del tiempo.

Un paradero que sigue vivo en la memoria de SMP

Aunque hoy ya no existe ningún establo en el lugar, el nombre Paradero Las Vaquitas continúa vigente. Vecinos, pasajeros y conductores lo siguen usando a diario, y plataformas como Google Maps reconocen oficialmente este punto con ese nombre.

La colocación del monumento no solo refuerza esa identidad, sino que también conecta el pasado con el presente. Para quienes transitan por esta zona de San Martín de Porres, la escultura se ha convertido en un recordatorio silencioso de cómo las historias simples también construyen ciudad.

Un símbolo urbano que une generaciones

El monumento al Paradero Las Vaquitas no destaca por su tamaño, sino por lo que representa. La imagen de la mujer junto a su vaquita resume décadas de recuerdos, referencias y encuentros cotidianos.

En una ciudad que cambia constantemente, esta escultura devuelve valor a las historias que nacen en la calle, esas que no siempre aparecen en los libros, pero que viven en la memoria de sus vecinos y ahora también, en un monumento que las honra.