Peruana estudió 2 maestrías de derecho, pero decide mudarse y ser mesera en Chile: ''La vida da vueltas''

Yanyra Ayvar, una abogada peruana con grandes ambiciones, encontró en Chile un destino que no había previsto. Tras mudarse para acompañar a su pareja y comenzar estudios de posgrado, su vida dio un giro inesperado que la llevó a replantear su definición de éxito y felicidad. Lo que parecía un contratiempo se convirtió en una experiencia transformadora que hoy inspira a muchos.

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¿Por qué la peruana decidió ser mesera en Chile?

Aunque su meta inicial era cursar una maestría en Derecho Ambiental y continuar en Barcelona, el destino la mantuvo en Chile tras el fin de su relación. En lugar de detenerse, Yanyra decidió enfocarse en sus estudios y buscar estabilidad en un país nuevo, pero pronto sintió la necesidad de complementar su formación académica con una actividad laboral.

Fue entonces cuando se presentó una oportunidad que muchos considerarían inesperada: trabajar como mesera. Yanyra aceptó el reto, motivada por la flexibilidad horaria que le permitiría equilibrar sus estudios y su nueva vida. Lo que empezó como una forma de generar ingresos se convirtió en una experiencia enriquecedora que le permitió descubrir habilidades y perspectivas nuevas.

“Jamás imaginé que podría ganar tanto dinero siendo mesera”, confesó. Este empleo no solo le permitió cubrir sus gastos y financiar su educación, sino también alcanzar la independencia económica y disfrutar de un estilo de vida más cómodo. Para Yanyra, la clave ha sido mantener una mente abierta y valorar las oportunidades, independientemente de las expectativas sociales.

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“La vida da muchas vueltas y sorpresas"

Las críticas no tardaron en llegar, pero lejos de desmotivarla, reforzaron su mensaje: “La vida da muchas vueltas y sorpresas. No hay nada de malo en ser mesera”, asegura. Para ella, este empleo representa algo más que ingresos; es una herramienta para disfrutar de la vida mientras persigue sus metas.

La historia de Yanyra Ayvar recuerda que el éxito no siempre sigue un camino lineal. Su valentía para reinventarse y adaptarse a nuevas circunstancias es un ejemplo de resiliencia, y su mensaje a quienes enfrentan desafíos similares es claro: las decisiones que tomamos, por más inesperadas que sean, pueden abrir puertas hacia una vida plena y significativa.