Canberra. El peor momento de su vida pasó una mujer australiana al descubrir que su perrita chihuahua había sido tragada por una serpiente pitón de dos metros y medio. Ulyat había dejado a su querida mascota en un centro de cuidados y cuando fue a recogerla, al día siguiente, no la encontró. Grande fue su sorpresa al descubrir que el reptil todavía tenía el collar saliéndole por la boca y una gran protuberancia a la altura del estómago.
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