Todos los cristianos en el mundo ya están listos para conmemorar la Semana Santa que inicia desde el Domingo de Ramos y uno de los días más cruciales es el Viernes Santo, el cual marca la pasión y muerte de Jesús en la cruz, quien entregó su cuerpo y se sacrificó para el perdón de los pecados y la salvación de los hombres.
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La Iglesia Católica celebra la "Liturgia de la Pasión del Señor" a las tres de la tarde, hora en que Jesús murió crucificado en la cruz. Por sufrimiento de Cristo, en varias personas católicas es una costumbre abstenerse de comer carne en este día.
Jesús se proclamaba como el 'hijo de Dios' y comenzó a hacerse popular en la gente por sus milagros y predicaciones, lo que causó el temor de las autoridades religiosas de Judea, quienes conspiraron contra él y decidieron negociar con Judas Iscariote para que lo vendiera, esto ocurrió el Jueves Santo.
Tras ser capturado Jesús fue llevado donde Poncio Pilato, quien no lo percibía como una amenaza; sin embargo, el pueblo clamaba por crucificarlo, por lo que a Pilato no se le ocurrió mejor idea que lavarse las manos frente al pueblo y señalarse "inocente de la sangre de este justo".
Después de la decisión de Pilato, Jesús fue despojado de sus ropas, golpeado y agredido con piedras y se le colocó una corona de espinas, haciéndolo cargar su propia cruz hasta el monte Gólgota. Luego Cristo fue crucificado junto a otros dos ladrones y bajo un cartel que decía: "Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos".
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