En un mundo convulsionado los finales felices existen. Una pareja alemana que había sido forzada a separarse en Canadá tras 62 años de matrimonio logró hacer escuchar su pedido y encontró un centro de atención con cupo para ambos y así compartir juntos sus últimos años de vida.
Wolf Gottschalk, de 83, y su esposa Anita, de 81, se enamoraron durante su adolescencia en Dusseldorf y se casaron en 1954.
Poco después de la boda, emigraron a Surrey, en Norteamérica, donde tuvieron tres hijos y desarrollaron una vida armoniosa en familia.
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Por su delicado estado de salud, los hijos y nietos de los octogenarios consideraron a comienzos del 2016 que necesitaban asistencia permanente en un hogar geriátrico, pero los centros de la zona no tenían espacio para recibir a dos personas.
La triste fotografía del momento en el que los ancianos tuvieron que separarse conmovió a las redes y se viralizó, lo que impulsó su búsqueda de un lugar en el que puedan compartir sus días y no morir de depresión lo que suele ocurrir entre parejas de ancianos que se distancian.
La familia de Anita cada día, en un recorrido de 30 minutos, la llevaba a visitar a Wolf. Pero todos los días debían separarse en una dolorosa escena que ablandaba hasta el más duro corazón.
La larga espera por una vacante en la residencia de Morgan Heights llegó a su fin esta semana. "La reunión vio lágrimas de alegría para todos los involucrados", relató Ahsley Bartyik, nieta de la pareja en Facebook. "Ahora estarán bajo el mismo techo por sus años restantes. No podríamos estar más agradecidos", exclamó.
El video compartido muestra la emoción de la pareja al reencontrarse de forma definitiva. "Mírame, mírame. Te amo", le dice Anita a su esposo en una magnífica y sentimental escena. Ambos se toman se la mano y aprietan fuerte, para sentirse hasta lo más profundo de su ser.
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