
París. Jonathan y Marine Dupré, una pareja que vive en Neufchâtel-en-Bray, en Francia, se enteraron de que su hija de cinco años, Naëlle, sufría un cáncer de riñón y que tenía un tumor de 13 centímetros, según reportó Le Réveil de Neufchâtel.
Su padre, un trabajador de la fábrica de vidrio Pochet du Courval, en Sénarpont, agotó todos sus días de vacaciones entre consultas médicas y sesiones de quimioterapia, por lo que ya no podía acompañar a su hija en el resto de su tratamiento.
Entonces fue cuando sus compañeros de trabajo decidieron ayudarlo cediéndole sus vacaciones, esto es, hasta 350 días libres.
“Pedimos una cita con la dirección de recursos humanos de la empresa y aceptaron la idea”, recordó el padre de la niña.
En Francia, desde mayo de 2014, una ley permite ceder días a un compañero de trabajo para cuidar de un familiar enfermo.
“Me emocioné mucho. Era un peso para nosotros. Ahora no tenemos más problemas para cuidarla”, declaró Jonathan.
Naëlle ya fue operada y ahora que su cáncer está en proceso de remisión se siente feliz de saber que su padre se quedará con ella en casa.
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