Karen Solís
TRUJILLO. Tras retirar unos 40 mil soles, el sacerdote franciscano Serapio Ríos Juárez (35) subió a un taxi y enrumbó a su congregación en la Urb. California.
Pero casi en la puerta del local, unos delincuentes fuertemente armados lo interceptaron y conminaron a entregar el maletín con el dinero.
GOLPEADO EN LA CABEZA
El párroco se negó y recibió una andanada de golpes en la cabeza con la cacha de un arma. Luego, uno de los malhechores le apuntó y jaló el gatillo. Mientras Ríos Juárez se desangraba, los criminales abordaron el carro que los trajo y huyeron.
El hecho ocurrió a las 5:00 de la tarde del pasado miércoles.
Los criminales habrían aprovechado la nula vigilancia en la zona para actuar impunemente.
MARCAS LO SIGUIERON
Para realizar la transacción, el sacerdote había acudido a la sucursal del Banco Continental en el centro de la ciudad.
Según las primeras investigaciones, retiró unos seis mil euros y 18 mil soles. Introdujo todo el dinero en un maletín, lo cargó y salió.
Sin embargo, los delincuentes que actúan bajo la modalidad de marcas estuvieron siguiendo todos sus movimientos.
SOCORRIDO
Tan pronto se oyó el disparo, el cura español Pablo Luis Caña Hernández abandonó la sede de la Congregación Franciscana y socorrió a su compañero.
Ríos Juárez (35) presentaba un impacto de bala en la pierna izquierda. “Se hallaba tendido sobre la berma”, dijo a la policía.
SANO Y SALVO
De inmediato fue llevado a la clínica Sanna, donde los médicos lo atendieron. El proyectil atravesó la pierna sin tocar hueso ni vena.
Horas después fue dado de alta y el sacerdote regresó a la sede de su congregación, donde todos los religiosos se negaron a dar declaraciones.
Personal de la Divincri investiga el asalto.
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