
Por invitación de una tía, Felipe Puemape Rodríguez viajó en febrero a Argentina con la ilusión de convertirse en un gran chef.
Desgraciadamente, en su camino se cruzaron cuatro delincuentes, entre ellos dos mujeres, que no dudaron en cortarle el cuello con el pico roto de una botella para robarle lo poco que traía.
Ocurrió la tarde del domingo cuando regresaba a la casa de su tía Julissa tras realizar un paseo con su primo y otro amigo por el barrio de Palermo, en Buenos Aires.
Felipe culminó sus estudios secundarios en el colegio San Vicente de Chaclacayo, y su sueño era difundir nuestra gastronomía a nivel mundial como lo hace Gastón Acurio.
Sus padres, Enrique Puemape y Ana Carola Rodríguez, ya se encuentran en la capital argentina, donde realizan engorrosos trámites para repatriar su cuerpo.
Ellos informaron que los asesinos del joven estudiante se encuentran identificados y caerían en cualquier momento. Dicen que los restos de su hijo probablemente regresen el lunes.
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