“Ella fue solo por una rinoplastía, pero con su buen trato y forma de ser, el médico la convenció de hacerse la liposucción”, declaró Maritza Pérez de Court en el velorio de su hija Ingrid Court Pérez (30), muerta por una presunta negligencia médica del cirujano plástico Edmundo Quintanilla.
Pérez hizo, además, un llamado a los médicos para que no “laven las cabezas” de sus pacientes ofreciéndoles operaciones innecesarias. “Mi hija no estaba gorda, pero se dejó llevar por ese médico que parecía de confianza”, manifestó. Ayer por la tarde, los restos de Ingrid fueron sepultados en el cementerio Parque del Recuerdo de Lurín. Se supo que el doctor Quintanilla fue acusado de otra muerte en el 2003 y hoy acudirá a la Divincri-Miraflores. (E. Gamboa)
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