Hasta almuerzo habían preparado. Un seco a la huachana para chuparse los dedos. Pero, poco después, la pena caló hondo al saberse la fatal noticia. "No es posible, Diosito, el señor Wensjoe nos ayudaba, nos alimentaba, nos daba útiles y nos mandaba cartas diciéndonos que quería que fuéramos profesionales. Lo queríamos conocer, pero ya nunca se podrá, qué será de nosotros", dijo una alumna. Lloró como lo hicieron los demás. Un dolor que fue compartido por los profesores y los padres. Por todos.
Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.