
La atormentada mujer, agobiada por los problemas económicos y el abandono de su pareja que viajó a Chile hace tres años, tomó la fatal decisión y dio de tomar a su pequeño gasesosa mezclada con raticida y luego bebió la mortal pócima. Los hechos ocurrieron el último sábado a las 10:00 pm en el pueblo joven San Francisco de Asís.
Familiares dieron las buenas noches a Cristina y a su hijo el sábado sin imaginar que al día siguiente, a las 10:00 am, encontrarían a ambos muertos.
Aún consternados por lo sucedido avisaron a la Policía y luego, en medio de llantos, la fiscal de turno, Patricia Yovera, dispuso el levantamiento de los cadáveres y su traslado a la morgue de Chimbote. (Lindberg Cruzado)
Dejó carta de despedida
En la habitación de la joven madre se encontraron 20 soles y una carta. En ella la suicida pide perdón a sus familiares y explica que la soledad la estaba torturando y que no podía ver sufrir a su hijo.
Por otro lado, profesores y compañeros del menor asesinado que cursaba el tercer grado de primaria, se declararon en duelo después de señalar que el pequeño era uno de los mejores de su salón de clase.
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