
Sus ganas de ayudar a los demás le costó la vida. Artemio Mayta Acuña (25) murió asfixiado en su intento de arreglar un buzón de siete metros de profundidad.
La víctima se ató una soga al cuerpo y descendió por el conducto, a pesar que su tía, la comerciante Magda Mayta Oyarce, había contratado los servicios de un gasfitero.
Un conjunto de bolsas habían obstruido una de las tuberías en la sección de venta de pollos del mercado Unicachi del kilómetro 22 de la Panamericana Norte, en Comas.
Al ver que su amigo y compañero de trabajo César Tipacti Ruíz (24) no respondía, usó una escalera para ir en su ayuda, pero acabó desmayado.
Los gritos de ayuda de la señora Magda nada pudieron hacer y tuvieron que esperar la llegada de los bomberos. Luego de unas horas, los hombres de rojo rescataron aún con vida a César, quien fue internado en la clínica Dosmil, mientras que el cuerpo de Artemio fue retirado sin vida y permaneció cubierto por papeles y bolsas hasta la llegada del Fiscal. Según explicó un bombero, el gas tóxico que ambos aspiraron y el poco oxígeno que recibían los hizo perder el conocimiento rápidamente. (Melissa Flores.).
Echan pato a gasfitero
Los enfurecidos comerciantes del mercado Unicachi buscaron al gasfitero, quien permitió que la víctima descendiera. "No le dijo que era peligroso y que podía morir", refirió una joven. Luego que el cuerpo fue retirado del lugar e internado en la Morgue de Lima, amigos y compañeros de Artemio iniciaron una vigilia de oraciones en el lugar donde perdió la vida. Solicitaron apoyo a vecinos para darle cristiana sepultura.
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