El científico peruano que fue "ninguneado" por la UNI y hoy triunfa en Suecia: "Me cerraron las puertas"

Buscaba dictar clases en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), pero una casualidad lo llevó a ser uno de los peruanos más exitosos en Europa. Esta es la historia de Adrián José Cabezas Morales, el científico nacional que ahora habla seis idiomas (español, ruso, inglés, sueco, ucraniano y búlgaro) y se ha convertido en una de las mentes más brillantes del país con una mochila llena de logros que contribuyen al cuidado del medio ambiente.

Según contó el experimentado profesional en diálogo con La República, sus padres, naturales de Apurímac y Ayacucho, desde niño siempre lo inspiraron a ser mejor y a concentrarse en los estudios para ser uno de los mejores de su aula, pese a las carencias que padecían. "Mi padre siempre me exigía que yo sea un mejor estudiante, uno de los mejores alumnos", mencionó el hombre.

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Historia de Adrián José Cabezas Morales

Asimismo, reveló que, debido a la crisis económica que atravesó su familia, tuvo que dejar Lima e irse a vivir a la selva; perdiendo un año de estudios y luego haciéndose cargo de sus seis hermanos menores cuando su padre retornó a la capital. "Estuve yo al mando de mi familia solo durante medio año", narró.

Poco tiempo después regresó a Lima junto a sus seres queridos y permanecieron en la provincia de Chancay. Sin embargo, con solo 13 años se vio obligado a trabajar, ya que la situación económica no mejoraba. Laboró en los yanacones, se dedicó a la pesca y fue peón de la cooperativa de la localidad, donde recolectaba camotes y papas, limpiaba la acequia, entre otros.

Pasado los años, el aún joven Adrián, quien logró acabar en los primeros puestos en la escuela, buscó academias para prepararse y postular a una universidad. Fue así que llegó a la academia San Marcos, en donde le dieron una beca por su desempeño estudiantil. Además, según cuenta, en aquella época caminaba desde su casa hasta el centro de estudios para ahorrar pasajes.

Y como todo esfuerzo tiene sus frutos, logró ingresar a la Universidad Nacional del Callao (UNAC) y se se convirtió en el primer alumno en la historia de la academia en lograrlo.

No obstante, al ver que era muy difícil permanecer en la capital, Cabezas optó por estudiar en el extranjero. Cuando se apersonó a la INABEC, tuvo conocimiento de que había becas para Estados Unidos, Francia, Japón, la Unión Soviética, entre otros. Ante ello, decidió no desperdiciar esta oportunidad y se animó a postular ya que cumplía con todos los requisitos.

"Mi padre comenzó a llorar de emoción y así fue como comencé el primer día del inicio de mi sueño", dijo.

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Estudió en la URSS

Seguidamente, contó que se decidió finalmente por estudiar en la Unión Soviética, ya que ese Estado era el único que podía cubrir su permanencia. Gracias al Banco Agrario (actualmente Agrobanco) logró conseguir un crédito y pudo viajar, ya que sus padres no tenían dinero.

Una vez que inició su aventura estudiantil en la Universidad de Ingeniería Internacional de Aviación Civil en Kiev (Ucrania), como era costumbre, volvió a destacar entre los mejores alumnos. Fue así que con el paso del tiempo logró obtener el título de Ingeniero Mecánico en Aeronáutica Especialista en Motores y Mecanismo de Aviones y de Aeronaves.

"La mayoría de los científicos y especialistas me recomendaron para poder seguir con los estudios de doctorado", indicó.

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Buscó su oportunidad en Perú

Sin embargo, antes de empezar su doctorado, Adrián buscó oportunidades laborales en Perú, pero, lamentablemente, encontró las puertas cerradas.

"Pensé que yo aquí en el Perú, si encontraba un lugar para poder yo desempeñarme como profesional, yo ya no iba a seguir esta carrera del doctorado. Quizás lo iba a postergar, pero toqué puertas cuando llegué al Perú y nadie tampoco me abrió las puertas. No tuve suerte. Así que decidí volver a la Unión Soviética", reveló a La República.

Menciona que cuando retornó a la URSS, comenzó a trabajar en el área de microfísica de cuerpos sólidos para titularse como doctor. Además, también se desempeñó en el campo de las ciencias de materiales y aerodinámica, de las que hizo algunas publicaciones. No obstante, no contento, quería destacar en su país de origen y volvió al Perú.

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"Regresé al Perú ya con el título de doctor. Comencé a buscar también mi lugar acá, pero lamentablemente nadie me abrió las puertas. Yo llegué a la universidad de la UNI, quise hablar con el rector y presentarme y la señorita secretaria me recibe y me dice: '¿A qué viene'? Digo que deseo hablar con el rector y me dice: '¿Quién le ha enviado, tiene alguna tarjeta, tiene algún conocido?'. Yo le digo que no, que solamente quiero presentarme y decirle directamente quién soy yo y me dice: 'Imposible'. Y nuevamente dice que no tiene tiempo, que regrese. Así me tuvieron como una semana. Me cansé y no volví", sostuvo.

Seguido a ello, regresó a Ucrania (antes la URSS), pero al cambiar la situación en el país de manera drástica, optó por moverse a Suecia, donde empezó de cero. "Cuando llegué acá, pensé que iba a trabajar rápidamente, pero no fue así. Me acuerdo de que comencé a estudiar el sueco, desde el sueco de jardín, de escuela y el sueco de colegio; y de igual manera con el inglés", señala.

Luego de validar sus títulos universitarios, comenzó a laborar en la empresa Alfa Laval como científico investigador tras ser recomendado por otro doctor que conoció en sus estudios de validación en el Royal Institute of Technology–KTH.

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Después, trabajó en CentriClean Systems AB, donde se convirtió en el científico principal y tuvo la misión de encargarse de la purificación del aire. Con esa experiencia, fundó su propia empresa y ahora viene desarrollando su propia tecnología con creaciones que controlan la contaminación del aire y evitan las emisiones que provocan los motores de combustión.

"He tratado de que el Perú me apoye, pero no lo he conseguido. (…) Llegar al extranjero como profesional es un camino muy largo, pero cada uno es dueño de su vida. (…) No existen los milagros, los milagros uno los hace", sentenció el exitoso científico peruano, quien ahora tiene tres hijos que estudian en las mejores universidades de Suecia.