Keiko Fujimori: ¿Cuándo y cómo llegó a ser Primera Dama de la Nación? [VIDEO]

Keiko Sofía Fujimori Higuchi es la hija mayor del matrimonio entre el expresidente de la República Alberto Fujimori y la exprimera dama Susana Higuchi, a quién sucedió el título protocolar de su madre durante seis años. Además de ser la aliada de su padre, es una de las principales causantes de la crisis política de este último quinquenio.

En 1990, Alberto Fujimori ganó las elecciones presidenciales de Perú con el partido Cambio 90 y su entonces esposa, Susana Higuchi, tomó el cargo de primera dama.

Dos años después, Higuchi denunció públicamente que los hermanos de su esposo, e incluso él mismo, seleccionaban la ropa que donó Japón para los más necesitados del país, con el fin de quedarse con la que estaba en mejor estado y dejar lo más ‘viejo’ para las personas pobres.

El 3 de agosto de 1994, cuando se hizo público el problema conyugal de la pareja presidencial Fujimori-Higuchi, una joven Keiko Sofía, de 19 años, estaba en Perú de vacaciones, pues se encontraba estudiando administración de negocios en la Universidad de Boston, en Estados Unidos.

A los pocos días de la separación, Keiko asistió junto a su padre Alberto Fujimori a la inauguración de un colegio, en ausencia de Susana Higuchi.

En diciembre de ese mismo año, a raíz de la Cumbre de Las Américas en Miami, Alberto Fujimori nombró a Keiko Sofía nueva Primera Dama en reemplazo de su madre, quien había sido despojada del título por el dictador el 23 de agosto de 1994. El puesto le valió hasta el 2000.

Ignoró a su madre

Keiko Fujimori tomó el cargo de su madre, sigilosamente, desde el 23 de agosto de 1994, sin importarle que, en ese mismo año, Susana Higuchi había acusado a su esposo de torturarla por intentar denunciar corrupción dentro de su gobierno.

Alberto Fujimori negó las imputaciones, y se defendió diciendo que Higuchi era emocionalmente “inestable”, y por eso se separó de ella, y del título protocolar.

Keiko, además haber sido acusada del desvío de ropa donada, también fue cuestionada por pintar de rosado algunas de las habitaciones de Palacio de Gobierno, el estado de abandono de los ambientes del mismo, el pago de su carrera universitaria, y por no haber defendido a su madre de las presuntas torturas del dictador.