Día de la Mujer: médicas y enfermeras de Perú ponen todo su coraje y más para salvar pacientes

La presencia desde hace un año del Covid-19 en nuestro país nos ha mostrado lo agresiva y letal que puede ser esta enfermedad, pero también el coraje, sacrificio y la gran labor del personal de primera línea de los hospitales que día a día luchan contra el mortal virus para salvar vidas de compatriotas.

Es así que encontramos a dos doctoras y una enfermera que día a día arriesgan sus propias vidas en el hospital Alberto Sabogal, del Callao, para salvar a miles de compatriotas sin temor, por amor al prójimo y por vocación.

PUEDES VER: Conoce la historia de éxito y emprendimiento de una mujer en plena pandemia: Jessica y “La Ardillita”

En el Sabogal

La licenciada Sarita Cerrón Acha trabaja en el área UCI desde hace 9 años y desde hace uno atiende a pacientes críticos con coronavirus.

A pesar de que ella se contagió trabajando, regresó para seguir atendiendo por largas horas diarias debido a la alta demanda de camas UCI. A pesar del temor que tiene por esta enfermedad, saca valor de donde sea para seguir salvando vidas.

“Es la vocación que nosotros tenemos, así nos han formado y también quiero que mi hijo este orgulloso de mí”, sostuvo la enfermera.

Doctora corazón

La doctora Guisell Yats lleva cuatro años como médica intensivista y un año en el área UCI atendiendo a pacientes covid. Ella se contagió en cumplimiento de su labor, mientras atendía la salud de los internos.

Tras 15 días en aislamiento volvió a su trabajo en UCI porque hace falta personal de primera línea. “Lamentablemente, tenemos un tope de camas como de personal y son pocas también las enfermeras intensivistas. Todo el personal no nos damos abasto”, indicó.

PUEDES VER: YouTube: N'Klabe celebra a la mujer con "Se parece a ella" [VIDEO]

Vida y esperanza

Su colega Diana Rodríguez lleva 5 años en el área de inmunización y desde que llegaron las vacunas, se encuentra inmunizando al personal de primera línea en Sabogal.

Ella trabaja desde que sale el sol hasta que cae la noche, sin descanso para que sus colegas no perezcan por esta enfermedad.

“Todo empieza antes de las 7 de la mañana y todos los días hacemos lo que sabemos y también nos preparamos para nuevos pacientes. Es un proceso de capacitación constante”, refiere.