Falleció el escritor peruano Luis Loayza a los 83 años en Francia

El escritor y narrador peruano Luis Loayza falleció en Francia a los 83 años, así lo informó la Casa de la Literatura a través de sus redes sociales. El autor del libro de relatos "El avaro" (1955) fue internado por varias dolencias que se complicaron con un problema hepático. 

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Luis Loayza nació en Lima el 22 de setiembre de 1934 y fue considerado como una de las plumas más exquisitas de la literatura peruana siempre distante del gran público. 

Entre sus obras literarias destacan "El Sol de Lima" (1974), "El avaro" (1995), "Libros extraños" (2000), "Relatos" (2011), entre otros.  El escritor también sobresalió como traductor de diferentes escritores, entre ellos Nathaniel Hawthorne, Robert Louis Stevenson, Athur Machen y Tomas De Quincey.

Perteneció a la Generación del Cincuenta, fue amigo del crítico literario Abelardo Oquendo a quién conoció mientras estudiaba derecho en la Universidad Católica. 

En palabras de Oquendo a Loayza nunca le interesó mucho publicar. "A él le gustaba escribir. Muchas veces quien lo ha empujado a publicar y a escribir he sido yo", dijo en una entrevista para un suplemento en 2015. 

Además, Loayza también tuvo una cercana amistad con Mario Vargas Llosa, el nobel escritor le dedicó unas palabras en sus memorias, "El pez en el agua" y lo bautizó como 'El borgiano de Petit Thouars'. 

"Era alto, de aire ido y desganado, dos o tres años mayor que yo, y, aunque estudiaba Derecho, solo le importaba la literatura. Había leído todos los libros y hablaba de autores que yo no sabía que existían —como Borges, al que citaba con frecuencia, o los mexicanos Rulfo y Arreola— y cuando yo saqué a relucir mi entusiasmo por Sartre y la literatura comprometida su reacción fue un bostezo de cocodrilo", escribió Vargas Llosa en sus memorias. 

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En Francia, el escritor conoció a su esposa Rachel Guerné, con quien tuvo dos hijos, Daniel y Diego. Además, vivieron un tiempo en Lima hasta 1963, luego que tras un concurso público Loayza fuera contratado como traductor en las Naciones Unidas. El narrador regresaba cada dos años a nuestro país, sin embargo, dejó de hacerlo cuando fallecieron sus padres.