La Casa Matusita: ¿mito o realidad? (VIDEO)

A pocos días del estreno de la película “Secreto Matusita", el 18 de setiembre, surge el interés por conocer más sobre el origen de los misterios y mitos que envuelven esta popular casa, ubicada en el Centro de Lima.Son dos los orígenes más populares. Ambos de carácter sangriento. Uno está relacionado con la pasión y el otro con la venganza y justicia social. Se presume que sus orígenes se remonten a inicios del siglo XX.TRIÁNGULO AMOROSOEl primero de ellos narra la historia de un hombre de origen supuestamente japonés que halló a su mujer en la cama con otro sujeto y al ver la escena tomó un cuchillo y acabó con la vida de los amantes.Sin embargo, esos no fueron los únicos asesinatos pues el esposo, desesperado al no saber qué hacer con los cuerpos, esperó la llegada de sus hijos de la escuela y decidió también acabar con ellos.Por último, preso de la desesperación y la locura, decidió practicarse el Sepuku o suicidio japonés, poniendo así fin con su vida.CON "V" DE VENGANZAEn cuanto a la segunda leyenda, ésta señala que en esta casa vivía un señor perverso que maltrataba y abusaba de sus dos únicos sirvientes.Un día, cuando el dueño daba un almuerzo a sus familiares, los sirvientes decidieron vengarse: colocaron una sustancia alucinógena en los alimentos para ocasionarles diversos trastornos mentales.Pero el plan salió mal y todos los comensales murieron de forma cruenta y terrorífica. Al ver esta escena, los empleados quedaron trastornados y terminaron sus días en un nosocomio de la capital.EL PRESENTADOR DE TVOtro de los casos más conocidos, es el de Humberto Vilchez Vera, un conductor de televisión que a finales de la década de los sesentas apostó en señal abierta, que sería capaz de pasar siete noches al interior de la vivienda.El animador logró entrar a la casa llevando sólo una cámara de vídeo en la mano pero salió de la casa profiriendo insultos y gritos y botando, incluso, espuma por la boca.Vílchez Vera obtuvo serias complicaciones psicológicas por lo que fue recluido en un manicomiodurante un período de trece meses tiempo del cual nunca más se supo de él.