Cholo asesino se pudrirá en cana
Tokio.- El Tribunal del Distrito de Hiroshima condenó ayer a cadena perpetua al peruano José Manuel Torres Yagi por el asesinato de una niña de siete años en esa ciudad del suroeste de Japón.
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Los fiscales habían reclamado la muerte en la horca de Torres Yagi quien, el pasado 22 de noviembre, agredió sexualmente y estranguló a la pequeña Airi Kinoshita. Según la sentencia quedó demostrado que Torres, tras matar a la niña, metió su cuerpo en una caja de cartón y lo abandonó en un descampado cerca de su domicilio. Torres, de 34 años, se encontraba ilegalmente en Japón, a donde llegó en abril de 2004 con un pasaporte falso. Su segundo apellido ha aparecido en los medios japoneses como Yagi, Yaqui, Yaque y Yake. El acusado confesó el crimen después de que la policía de Hiroshima indicara que, según el examen realizado por sus equipos forenses, las trazas genéticas del análisis del sudor y cabellos descubiertos en la ropa de la niña coincidían con el ADN del presunto asesino. El padre de la pequeña, Kenichi Koinoshita pidió la pena de muerte para el acusado por asesinar a su hija "dos veces", en referencia a la agresión sexual cometida contra la niña.Pidió perdón a jalados
Torres, casado en Trujillo, Perú, y padre de dos hijos, ingresó a Japón en 2004 bajo una identidad falsa. Vestía un buzo deportivo blanco y una camiseta azul, volvió a ponerse de rodillas y con las manos arriba pidió perdón por su crimen. En Perú está registrado como Pizarro Yagui y tiene dos procesos judiciales por abusos sexuales a menores. "Gracias a Dios. Pido perdón a los japoneses", dijo al oír la sentencia.
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