El homínido más antiguo: conoce al Australopithecus afarensis

¿Quién es el homínido más antiguo del planeta? Según se sabe, es el homínido denominado Australopithecus afarensis, quien tiene una antigüedad estimada en cuatro millones de años. Pero depara más sorpresas. Es parte de una de las ramas laterales de la evolución humana.

¿Cuánto mide y pesa el Australopithecus?

El peso de este homínido varía entre los 45 y 29 kilos y su altura entre los 1.51 y 1.05 metros, dependiendo del sexo. Era erguido, delgado y grácil. Se alimentaba de vegetales, plantas, semillas, raíces, tubérculos y cortezas; por ello se le consideraba herbívoro. 

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¿Qué comen los Australopithecus afarensis?

Sin embargo, también podían alimentarse de forma carroñera de los restos de otros animales. Vivía en árboles donde podían encontrar sus alimentos básicos. Ellos se situaban básicamente en el continente de África, en zonas con campos abiertos. Además, se movían en grupos y los varones a menudo se juntaban con un gran número de mujeres.

¿Cuándo aparecieron los Australopithecus?

Los primeros fósiles del Australopithecus fueron hallados en el norte de África, en el valle del Rift. Los fósiles en su mayoría son dientes, fragmentos de huesos, pero no son muy numerosos.

En 1974, en Etiopía, África,  tuvo lugar el descubrimiento más importante: el Australopithecus afarensis. Se encontró numerosos huesos que pertenecían a un mismo individuo, al que se le llamó Lucy. Su pelvis y dentadura revelan que era una mujer de unos 20 años. La anatomía de su pelvis había adquirido la postura bípeda como la del hombre. 

Los Australopithecus poblaron África desde 4,2 a 1 millón de años.  Los Homo Sapiens (hombres de la actualidad) poblaron África hace 2,5 millones de años. 

Tenían una capacidad craneal relativamente pequeña (375 a 550 cm), paredes craneales delgadas, pómulos y huesos maxilares grandes; es decir, sus mandíbulas eran más grandes y robustas que la de los humanos de la actualidad.

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Asimismo, sus dientes eran grandes al igual que sus extremidades.  Si bien eran bípedos como nosotros, aún conservaban su capacidad para trepar los árboles (vivían cerca de ellos). No podían hablar ni fabricar herramientas. No sabían dominar el fuego.