FBC Melgar: Cuesta metió golazo para conquistar campeonato

AREQUIPA. Como se dice, lo bueno cuesta, pero también se disfruta más y mejor.

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Cuesta hizo estallar de alegría a la afición arequipeña
Cuesta hizo estallar de alegría a la afición arequipeña

AREQUIPA. Como se dice, lo bueno cuesta, pero también se disfruta más y mejor. 

Un gol de Zúñiga, otro de Fernández y un tercero de Cuesta hicieron estériles los del Cristal, anotados por Da Silva y Blanco y así FBC Melgar –con mucho esfuerzo– se alzó con el triunfo y el título nacional después de 34 largos años.

Y en verdad, no pudo salir mejor. El Dominó alcanzó el segundo campeonato de su historia precisamente en el año de su centenario.

EN LOS DESCUENTOS

El gol del triunfo llegó cuando todos ya se estaban preparando para los penales. 

Pero los goleadores son así, pueden fallar una y otra vez, pero, de pronto, se les aparece la Virgen y no fallan.

Ya se estaban jugando los descuentos y el marcador se repetía de la ida en Lima (2-2).

 En ese caso, era mecesaria la definición por penales. El Monumental pintado de luto y sangre  y solo con un lugar celeste en populares, comenzaba a prepararse para los ritos de los 12 pasos.

Ese hubiera sido un sufrimiento extremo, cada tiro es un puñal y te puedes desangrar y morir o tocar el cielo con las manos y celebrar.

EL GOL DE LA VIDA

Pero Cuesta no quiso que a su equipo y a los arequipeños les cueste el sufrimiento.

Cazulo la perdió en su campo, Reiner Torres, ni tonto que fuera, se apoderó de la pelota y se la tocó  para el argentino, que entraba por la derecha con el cañón listo para soltar un bombazo.

En primera instancia, Penny se la adivinó y bloqueó la pelota, pero esta, caprichosa se elevó y comenzó a levitar, esperando que alguien la acaricie.

Cuesta estaba ahí, listo para disparar otra vez. Ante que todos, se zambulló y con la cabeza la depositó al fondo del arco celeste.

LE DIO VUELTA 

Ya no había forma de cambiar lo que estaba escrito. Melgar se había puesto 3-2 y entonces unos segundos después llegó el pitazo final del árbitro y comenzaron los festejos.

Lo demás es anécdota. El penal que se perdió Zúñiga, el gol de Da Silva que abrió la cuenta, el empate del Cachete y que se sacó el clavo, el tanto de Fernández que dio vuelta la cuenta y la conquista de Blanco que puso el 2-2 que obligaba a los penales.

Pero Cuesta dijo no. Y Melgar dijo sí se puede, y se pudo. Y es el campeón nacional, nada menos.        

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