Bien de salud: palabras con contenido

La sonoridad de las palabras tiene vibraciones tan elevadas, curativas y sanadoras.

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“Es de buen juicio ordenar de la mejor manera lo que decimos, ya que podemos optimizar el uso del lenguaje”, indicó Pérez Albela.
“Es de buen juicio ordenar de la mejor manera lo que decimos, ya que podemos optimizar el uso del lenguaje”, indicó Pérez Albela.Fuente: GLR

Siempre sentí el deseo de buscar el posible significado oculto de las palabras. Durante el transcurso de este análisis descubrí en ellas una serie de contenidos muy interesantes.

La sonoridad de las palabras tiene vibraciones tan elevadas, curativas y sanadoras como las que nos ofrecen terapias tan sutiles como las homeopáticas y florales que son tan importantes en la medicina preventiva y natural.

Aquí te comparto algunos ejemplos:

Saludando - dando salud.

Laborando - labora - orando.

Considerado - con luz (sideral-estrella-luz).

Conocimiento - un buen cimiento para conocer.

Perdonar - donar para sanar.

Creatividad - Crea tu vida.

Remordimiento - re-morder.

Optimismo - ser óptimo contigo mismo.

Recreo - volver a crear.

Paciencia - la ciencia de la paz

Humildad - de “humus” (pisar tierra fecunda)

Oración - orar con acción.

Ingenio - genio interior.

Comunidad - unidad común.

Es de buen juicio ordenar de la mejor manera lo que decimos, ya que podemos optimizar el uso del lenguaje. Quien evoca cosas benéficas, obtiene lo que pide. 

Frases erradas:

“Me voy a enfermar”. Estás alejando tu derecho a ser saludable. Es mejor decir: “Aunque me siento un poco decaído, mi sistema inmunológico me protege siempre”.

“Te voy a molestar un ratito”. Asumes que tu presencia o conversación es una molestia. Es mejor decir: “¿Podríamos conversar un momento?”.

“Ahora no duermo”, atraes el insomnio. Es mejor decir: “Dormiré profundamente”.

“Ponte mosca”. La mosca es un insecto sucio y molestoso. Es mejor decir: Ponte avispado.

“No puedo”. Estás negando tu poder. Es mejor decir: Sí puedo.

“Qué mala suerte tengo”. Alejas de ti la buena fortuna. Es mejor decir: “Agradezco por todo lo que tengo”.

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