Jorge Ramírez trabaja en Chile dirigiendo su centro de alto rendimiento: El profesor Loverita

Nadie es profeta en su tierra. Y eso lo sabe muy bien Jorge “Loverita” Ramírez, quien tuvo que irse a Puerto Rico y Chile para continuar su pasión por el fútbol como entrenador de fútbol base.

El ex jugador de Alianza Lima y la selección nos habla de su propio Centro de Tecnificación de Alto Rendimiento donde enseña a los más pequeños los secretos del fútbol, proyecto que no logró asentar en Perú.

—¿Cómo la estás pasando en Santiago?

—Gracias a Dios todo bien. Seguimos en cuarentena, pero lo bueno es que tenemos tres horas para hacer deporte (6:00 a. m. a 9:00 a. m.) y con los protocolos y distanciamiento seguimos trabajando en mi Centro de Tecnificación de Alto Rendimiento.

—¿Te preocupa la situación sanitaria que pasa Chile?

—No, porque yo sé que esto va a pasar. Lo bueno es que se sigue vacunando, el presidente Sebastián Piñera quiere que todos sean vacunados a finales de mayo. A los de 40 años para arriba les toca mañana y espero que en las próximas semanas me toque a mí.

—¿Cómo ves la situación en Perú?

—Este virus no solo ataca a Chile o Perú, sino a todo el mundo, pero es verdad que cada vez que uno entra a las redes sociales recibes una noticia triste. Vas a los grupos de WhatsApp y también te topas con noticias de amigos, familiares y personas que nunca se les vio alguna enfermedad irse de este mundo. No podemos bajar los brazos y seguir con los protocolos.

—¿Por qué crees que los contagios se elevaron en Chile?

—Porque no se cerraron las fronteras y no hubo una cuarentena total en el país. Se cerraban unas comunas (municipalidades) y abrían otras, la cuarentena no fue pareja. Ahora se pusieron fuertes y los contagios decayeron.

Triunfa en Chile

—¿Te costó irte de tu país para alcanzar tus objetivos?

—Fue un cambio drástico porque estaba acostumbrado a otro ritmo de vida. Cuando dejé el fútbol me dediqué a estudiar y ser entrenador. Estuve 11 años en Puerto Rico y decidí regresar a Perú, pero hoy estoy en Chile continuando mi tarea de formador.

—¿Por qué no te quedaste en Perú?

—Traté de hacer un programa para que el deportista peruano saque el máximo provecho y se convierta en un deportista de alto rendimiento, pero no muchos lo tomaron.

—¿A qué te refieres?

—El problema entre peruanos es que si alguien trae algo innovador te dicen “eso no sirve”, por esa razón es que muchas personas no vienen a aportar. Están esperando a que te arrodilles y no hago eso, soy un profesional.

—¿Presentaste tu proyecto a algún club profesional?

—No, porque cuando uno se mete a un club dependes de ellos y eso no es para mí. Pero dejamos huella en Trujillo, Ica, Tacna, Cusco, Piura, Chiclayo y Huancayo.

—¿Extrañas ser futbolista?

—No, ahora soy educador y me siento un entrenador. A veces me llaman para pichanguear y me niego porque luego me duele hasta la punta del cabello. He perdido velocidad y ritmo, pero debo reconocer que la calidad sigue intacta.

—Como técnico, ¿qué resaltas del Loverita futbolista?

—Que trabajaba con mucha intensidad. Siempre daba un poco más, me gustaba entrenar más de lo normal. Si uno quiere competir, un entrenamiento nunca puede ser cómodo, si deseas entrenar cómodo, entonces trabaja en tu casa.

—¿Extrañas la fama?

—La fama no, pero sí el protagonismo. Por muchos años me llamaban de muchos lugares y era la primicia en los noticieros, canales deportivos y hasta en los programas cómicos, pero ahora estoy en otro rubro.

—¿Cómo has visto el regreso de Alianza Lima a Primera?

—Como institución nunca debió bajar, pero las personas y jugadores que comandaban el equipo sí merecían ese lugar. Sin embargo, el TAS le dio la razón y ahora ha vuelto a la Liga 1.

—¿Has visto sus primeros partidos?

—Sí, aunque han tenido una preparación corta y en el camino han armado el plantel con jugadores experimentados.

—¿Cómo viste el segundo debut de Jefferson Farfán?

—Bien. La llegada de mi sobrino Jefferson ha levantado la autoestima de todos los chicos. Jugar junto a tu ídolo es algo indescriptible, me pasó a mí cuando jugué al lado de César Cueto. Los chicos deberán aprovechar este momento de oro.