Cargando...
HOY

Mata-cambistas

José Sánchez pudo llamarse como usted o como yo. Era un hombre de familia, de carne y hueso, que le daba al trabajo con ahínco para ver crecer a los suyos. Hoy es una víctima más de esa “percepción”, como estila llamar el ministro del Interior, a la inseguridad ciudadana. Una “percepción” cada vez más sanguinaria y real.

Únete al canal de Whatsapp de El Popular

Por: Lucho Camino

José Sánchez pudo llamarse como usted o como yo. Era un hombre de familia, de carne y hueso, que le daba al trabajo con ahínco para ver crecer a los suyos. Hoy es una víctima más de esa “percepción”, como estila llamar el ministro del Interior, a la inseguridad ciudadana. Una “percepción” cada vez más sanguinaria y real. 

Mientras el ministro y su gente nos tratan de convencer de que todo pasa más por nuestra preocupación que por las constantes acciones delictivas, José Sánchez caía abatido de cuatro balazos. 

Manejaba su bicicleta, rumbo al punto de siempre, en Miraflores, donde se de-sempeñaba como cambista. Pero ya lo habían reglado.  

Una despiadada banda que viste de negro había decidido robarle. Sánchez quiso defender su patrimonio, pero cuatro balazos se lo impidieron. Horas después, la familia lo lloraría al pie de una cama de un hospital. No pudo superar la gravedad de sus heridas.

Este es el tercer atraco en menos de un mes. Y todos tienen el mismo método. Unos cuantos sujetos que interceptan al cambista, a quien esperan en sitios estratégicos, debidamente estudiados. Le disparan apenas ofrece resistencia. Huyen en motos, que aguardan prendidas unos metros más allá.  

“Estos asalta-cambistas son marcas que prefieren no hacer tanto roche. No les importa chapar un billetón que alguien retira de un banco, porque ahora hay muchos agentes de la Policía infiltrados en las agencias. Prefieren las calles, dar golpes pequeños. Lo malo es que son despiadados. No hay ninguna necesidad de disparar a nadie, Luchito”, me dice el “Colorao”, que de la calle sabe bastante.

De los tres asaltos a cambistas, solo uno pudo sobrevivir, porque no se resistió. Fue el primero, en San Isidro, a fines de abril. Le quitaron 30 mil soles cerca a dos bancos y una caseta de serenazgo. Los médicos pudieron salvarle la vida. 

No corrió la misma suerte su colega en San Luis. Antes del día de la madre, regresaba a su casa cuando le cayeron encima. Quiso aferrarse al canguro donde guardaba diez mil dólares.

“Pero he escuchado por la radio que hay un video de una cámara en Miraflores. Y los testigos han dado detalles de los rasgos de esos malandros. Que los chapen y les den la pena de muerte. Alguien que planifica matar no merece el perdón ni de Dios”, afirma el “Colorao”. Sé que muchos le darán la razón.  

SOBRE EL AUTOR:

Revisa todas las noticias escritas por el staff de redactores de El Popular.

TEMAS